¿Nos tocan la hora o las narices?

Madrid

El sábado retrasaremos una hora nuestros relojes. Este cambio bianual siempre levanta polémica en un país que ya tiene su horario natural trastocado desde que el régimen de Franco adoptó "provisionalmente" el huso de Berlín en vez del que nos corresponde, el de Greenwich. Este año un grupo ciudadano pide a través de las redes sociales que no se cambie la hora en las Islas Baleares.

Es difícil saber cuánto nos ahorramos. Red Eléctrica Española estima que el 0,5%, como mucho. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía lo eleva al 5%. Lo que sí sabemos es que el ahorro no es universal, porque el trabajador cuya empresa ahorra por la mañana tendrá que encender la luz en su casa una hora antes por la tarde. Y en negocios con horario extendido, el empresario pagará en la factura vespertina lo que ahorra por la mañana. Tampoco está cuantificado el gasto sanitario que supone el tratamiento de trastornos asociados al disloque de nuestro reloj biológico. Así que quizás, entre ahorros, nos podríamos ahorrar cambiar el horario. Nos ahorraríamos problemas y discusiones recurrentes.