Sin estrategias para el futuro

Madrid

Es imposible sacarle a Mariano Rajoy en qué consiste su plan para frenar el proceso independentista puesto en marcha en Catalunya. Más allá de las leyes, del cumplimiento de las leyes, de lo que pueda hacer el reformado Tribunal Constitucional, más allá de esto, hay pocas pistas sobre lo que pasa por la cabeza de Rajoy.

Hoy en la entrevista con Pepa Bueno ha habido una respuesta especialmente preocupante, quizás menos destacada que muchas otras, pero que define perfectamente el plan que Rajoy tiene para Catalunya. Pepa le ha preguntado ‘qué es lo que tiene para ofrecerles a los dos millones de catalanes que se declaran independentistas’. Y la respuesta ha sido: la historia, el pasado. Nada para el futuro. Ni siquiera contempla Rajoy un cambio en la Constitución para encontrar soluciones al encaje de Catalunya en España. Nada de nada. Y es especialmente llamativo, porque ya saben que el presidente está estos días en modo optimista y sólo quiere hablar de cosas buenas. Pues a esos catalanes no tiene nada optimista ni emocionante que decirles.

El bloque independentista en el Parlamento catalán lleva tiempo marcando su hoja de ruta. Lo de ayer, la presentación de la declaración de independencia, aunque sin mandato de las urnas, estaba en esta hoja. Rajoy lo ha ignorado reiteradamente, con su silencio, su pasividad pero, sobre todo, con su falta de estrategia. Hoy nos encontramos al final del camino, y ahí está el precipicio. Un poco asustado tiene que estar ante este precipicio y lo demuestran las llamadas de ayer a Rivera y Sánchez y la comida de hoy con el líder socialista.

Y esta quizás es la mejor noticia. Rajoy cuenta con los líderes de algunas otras fuerzas para responder al pulso soberanista. De aquí quizás salga una estrategia.