Clubs sin alma
Hubo un tiempo en que los clubs eran de sus socios, pero llegaron las sociedades anónimas y los clubs vendieron su alma sin saber si era a Dios o al diablo
Madrid
Estaba leyendo los titulares de esta mañana en este martes lluvioso que finaliza esta noche con esos partidos de la Champions. La curiosidad por ver a Di María en el Bernabéu frente al Madrid o a Jesús Navas en Sevilla con el City. Antes, al Atleti en Kazajistán, en ese campo de hierba artificial, aunque cubierto, porque en Astaná las temperaturas ya bajan de 10 grados bajo cero estos días.
Pero entre posibles alineaciones y declaraciones de los entrenadores observo esa noticia que comentábamos anoche en El Larguero: otro grupo chino compra un equipo de nuestra liga, el Espanyol. Compró Peter Lim el Valencia, Wang Jianlin tiene un 20% del Atleti y estoy convencido de que no va a tardar en ampliar el capital. La Real Sociedad lleva publicidad china en sus camisetas, el Rayo también, y ahora este otro grupo chino, Rastar Group, que preside un tal Chen Yansheng, compra el Espanyol.
Hubo un tiempo en que los clubs eran de sus socios, también de sus seguidores, pero llegaron las sociedades anónimas y los clubs vendieron su alma sin saber si era a Dios o al diablo. El problema es que los clubs se van quedando sin alma y los chinos siguen comprando.
La pregunta que me hago es si el fútbol va a despertar la misma pasión cuando todos los clubs hayan vendido su alma.
