No den por muerto al papel
El futuro de los libros, de momento, sigue pasando por la celulosa, pese a la importancia creciente del formato electrónico
Madrid
La edición de libros electrónicos, según estos datos, está teniendo un despegue lento. Hay quien se niega en rotundo a renunciar al tacto y al olor del papel. Como los hay reacios a la compra en internet. Amazon, el rey de la venta online -y no sólo de libros-, ha abierto su primera tienda física. Allí están sus dispositivos electrónicos, sí, pero también kilos y kilos de celulosa. De momento es solo un establecimiento, en Seattle, pero la multinacional no descarta abrir más.
La literatura, mientras tanto, busca adaptarse a los nuevos tiempos. A esta época de información reducida, consumida a toda velocidad. En Grenoble, en Francia, han instalado varias máquinas expendedoras de relatos cortos. Son gratis y se pueden elegir en función de la duración deseada: los hay de un minuto, de dos y de tres. En la misma línea, va a llegar en 2016 Oolipo, una plataforma que ofrece un catálogo de relatos cortos con tarifa plana. El Netflix del 'cuando despertó el dinosaurio todavía estaba allí'. Confiemos en que no haya sólo microrrelatos, que apenas dan para ver cómo se cierran las puertas del metro.