¡Candidatos, bailad!
Muerto el debate por la decisión de quien gobierna por no compararse ni enfrentarse a sus rivales, los candidatos sienten predilección por esos otros programas que les invitan a mostrar su otro yo

Madrid
Metidos en pura harina electoral, los candidatos se vuelven locos por los formatos televisivos que más les conviene. Aún mantienen el hábito de someterse a entrevistas en la radio. Pero muerto el debate por la decisión de quien gobierna por no compararse ni enfrentarse a sus rivales, sienten predilección por esos otros programas que les invitan a mostrar su otro yo: el llamado y desconocido lado humano. Programas donde el candidato hecho hombre igual baila que saca de la cartera la foto de sus hijos o se tira en parapente.

Foto de archivo de Antonio Hernández-Rodicio / CADENA SER

Foto de archivo de Antonio Hernández-Rodicio / CADENA SER
Está bien. Los electores tienen derecho y les conviene conocer el mejor yo de sus elegidos, aunque el resultado resulte almibarado y poco creíble.
Pero el riesgo real para la democracia es que las máquinas de ganar elecciones, que son los partidos, confundan la rendición de cuentas a través de la entrevista periodística con una charla de café en el chalé de un cantante melódico.




