Rajoy, el saboteador

Madrid

No seré yo quien discuta la capacidad del presidente del gobierno –o de cualquier otro líder político- para gestionar su agenda mediática. Pero creo, sinceramente, que Mariano Rajoy vuelve a practicar el escapismo y como lo creo, lo digo. Sé que no es nuevo ni tampoco es el primero que lo hace, pero hay que insistir en la denuncia: Rajoy ha decidido hurtar a la ciudadanía algo tan básico como verle confrontar con otros aspirantes a presidir el gobierno después del 20 de diciembre. El único debate, cara a cara, será con el líder de la oposición, con el socialista Pedro Sánchez, en un mensaje muy claro de que el bipartidismo va a defender el fuerte hasta el último minuto. Pero ese debate a cuatro -y no uno, sino los que fueran menester- ese debate a cuatro Rajoy-Sánchez- Rivera- Iglesias, que es el que están esperando millones y millones de ciudadanos…..de eso nada. Ni en El País el próximo lunes, ni en las teles, ni en la radio….

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Eso sí, Mariano Rajoy que ya estuvo aquí en la SER hablando de deporte con Del Bosque, se irá hoy a la Cope a comentar los partidos de la Champions; porque ahí se siente como pez en el agua, se le nota que disfruta más hablando del Madrid, o de Nadal o de Gasol….disfruta más que teniendo que mojarse en los grandes asuntos de la política, sobre todo si tiene delante gente que le lleve la contraria. Pero eso es un fraude, y como tal hay que presentarlo. Luego cada uno puede pensar si le parece bien, mal o regular que Rajoy o Sánchez vayan al programa de Bertín Osborne, o al Hormiguero de Pablo Motos, que Iglesias toque la guitarra o que Rivera se eche un día a la piscina para demostrar lo buen nadador que es. Todo eso son fuegos artificiales, pueden resultar divertidos y forman parte de esta nueva forma de comunicar –de humanizar, dicen los gurús- que practican casi todos los políticos. Pero que los árboles no nos impidan ver el bosque: lo importante es –sería- asistir a una confrontación de ideas, de programas y de argumentos; esto es lo que el presidente nos escamotea y eso es lo que le convierte en un saboteador de la política.