The Cure y la foto que puso rostro al sida
En 1990 la revista 'Time' publicó la primera fotografía de un enfermo terminal de sida
En mayo de 1990, The Cure editó 'Pictures Of you', el cuarto y último single de ‘Desintegration’, su disco de 1989. Aquel álbum mostraba en su portada la única fotografía que quedó de la mujer de Robert Smith tras el incendio que arrasó su casa. Aquel incendio redujo su hogar a cenizas y entre sus llamas se perdieron los recuerdos de una vida plasmados en papel. Aquella última fotografía, la única que resistió las llamas, no se perdería, pasaría a ser parte de uno de los mejores discos de la banda británica.
La BSO del Mundo: The Cure y la primera foto del sida
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Ese mismo año, en noviembre, la revista ‘Time’ publicó en portada otra fotografía inolvidable, tan famosa o más que la del disco de The Cure. La última instantánea de David Kirby, el primer enfermo de sida retratado en su lecho de muerte por Therese Frare, una joven estudiante voluntaria de una ONG.
David, activista por los derechos de los homosexuales, había vuelto al hogar familiar para pasar sus últimos días. Su fotografía pasó a la historia y puso rostro al sida mostrando a un hombre consumido y con la mirada perdida mientras su padre lo abraza desconsolado. "Te recuerdo cayendo entre mis brazos. Lloro por la muerte de tu corazón, estabas tan blanca como las piedras, tan delicada, perdida en el frío", canta Robert Smith en una canción que parece escrita para describir la fotografía de Therese. David Kirby solicitó que en el momento de su muerte hubiese un fotógrafo presente, quería que el mundo viese su rostro pensando que quizá, por ello, la gente viese de otro modo su enfermedad y sintiese compasión por unos enfermos estigmatizados por la sociedad. David sabia de la importancia de la imagen, del poder de una fotografía. Robert Smith lo descubrió de otro modo, pero su canción plasmó en parte la situación, la forma en que se consume la belleza, el dolor de la pérdida de las cosas que quieres.
Las dos fotografías, de un modo bien distinto, pasaron a la historia. La de David por su crudeza, la de Robert Smith, por la magnífica colección de canciones que contenía y de algún modo, ambas sirvieron para despertar sentimientos.