¿Para cuándo la igualdad?
"Ninguna norma segrega en España a la mujer, pero el rostro del paro, de la precariedad, de los bajos salarios sigue siendo mayoritariamente femenino, mientras el de los consejos de administración es mayoritariamente masculino."

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Madrid
El 1 de diciembre de 1931 se rechazó la última enmienda que pretendía posponer el voto femenino en España. En recuerdo de esa fecha hoy es el Día del Sufragio Universal. Una celebración paradójica porque tras cuatro décadas de democracia la proporción de mujeres electoras y electas está lejos del equilibrio. De los últimos comicios locales sólo salió un 17% de alcaldesas y un 23% de presidentas autonómicas. Y para el día 20, salvo el PSOE, el resto de los partidos no llega al 40% de mujeres en sus cabezas de lista provinciales.
Se demuestra que quien hace la ley, hace la trampa. Y el timo se extiende después a otros ámbitos. Ninguna norma segrega en España a la mujer, pero el rostro del paro, de la precariedad, de los bajos salarios sigue siendo mayoritariamente femenino, mientras el de los consejos de administración es mayoritariamente masculino. Como el de la nómina de las estrellas Michelin, que reconoce la excelencia en un oficio en que las mujeres no son precisamente advenedizas. Sería injusto no reconocer los avances. Pero estaríamos ciegos si no viésemos que los techos de cristal permanecen sin que quienes pueden hacerlo los dinamiten definitivamente.




