La llamada de la historia: Tony Leblanc
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Madrid
Un sofá, uno de esos sofás de museo que esperan a ser ocupados por algún visitante oportuno. Hay gente que se sienta en un sofá frente a un cuadro y simplemente, se queda allí.
Mi madre no estaba de visita, de hecho, no aseguraría que a mi madre le gusta el arte. Mi madre estaba trabajando. Mi padre, también. El museo, un matrimonio hecho conserje y de repente, un niño. Así que nací en la sala de los Cartones de Goya. Me encanta hablar de mi nacimiento: no me digan que no es para contarlo. Esta peculiar manera de llegar al mundo es un punto de mi biografía que me encanta destacar.
Añado siempre que sigo siendo campeón de España de claqué porque tras la celebración que me dio ganador, no se volvió a celebrar el concurso. Así que soy el ganador, todavía.
El caso es que entré a formar parte de la compañía de Celia Gámez cuando contaba solamente ocho años. Pero la vida empezó fuerte: de ser bailaor a dedicarme a obras teatrales, revistas, espectáculos…¡y cine!
Botones, ascensorista, joyero, boxeador, campeón de claqué, portero, actor, cantante…y pionero, el único que supo estar nueve minutos en una pantalla de televisión pelando y comiendo una manzana como técnica innovadora. El Times publicó la hazaña: algo nunca visto en televisión.
— Tony Leblanc
Claro que en medio de todo esto tenía yo una entrevista en El Larguero: fui portero de fútbol en un buen equipo con posibilidades de ascenso y boxeador en cincuenta combates.
Fui joyero, o al menos aprendiz, y de aquella joyería guardo recuerdos y mi nombre artístico, que se le ocurrió al hijo del dueño. La guerra desarrolló mi picaresca y desarrolló mi inspiración para distintos papeles.
Mi fama de galán, o al menos de simpático tramposo, traspasó las pantallas y se creó en ciertos momentos un cierto halo de mujeriego…lo expliqué con claridad en mi biografía:
“Fui mujeriego 18 años, desde los 12, cuando perdí el virgo con una profesional en la Cuesta de Moyano, hasta los 30, cuando me casé con Isabel. Iba de bailarina de clásico español en la compañía de Enrique El Cojo, me entregó su rosa en Jerez y yo le di mi amor. Luego me colocaron muchas novias que no he tenido. Concha Velasco, por ejemplo. Desgraciadamente, nunca he tenido nada con ella. Ya me hubiera gustado. Fui novio de Nati Mistral, eso sí lo cuento. La llevaba en mi Harley Davidson por ahí, había tres en Madrid, pero no nos llevábamos bien y lo dejamos. Luego, estando en Barcelona, Isabel se quedó un poquito embarazada y, a partir de ahí, solo me interesó su amor”.
Siete hijos tuve con mi mujer. Una mujer maravillosa que me acompañó y a la que acompañé hasta el final de mis días. Mi hijo ha dicho que sin Isabel yo no hubiera sobrevivido en mis últimos tiempos.
Pero no hablemos del final…hablemos de las etapas de la vida. Porque la vida es así: uno crece, uno triunfa como nunca imaginó y de repente…todos se olvidan de él. Esto es algo demasiado común, desafortunadamente común para los actores y actrices.
500 pasodobles compuestos, no sé ni cuántas películas, compartiendo cartel con grandes de la época como Ozores o Concha Velasco…y en los 70 la cosa empezó a decaer y decidí que solo me ocuparía de cine y de teatro. Pues la vida de nuevo atacó en forma de accidente de tráfico…He tenido una vida con mucha suerte.
La vida es un purgatorio muy parecido al infierno y yo soy un creyente de andar por casa.
Era 1994 cuando me entregaron un Goya de Honor. Normalmente esto supone el final de cualquier carrera, pero de nuevo mi vida tuvo otro salto. Unos años después, conseguí otro Goya, al mejor actor de reparto por la primera entrega de una película que me situó de nuevo en los escenarios y me dio a conocer a los jóvenes para los que entonces, yo no era nadie.
No hacía una película desde 1976. Imaginen. Fui el primero en recibir el Goya de Honor y luego otro por trabajo. Y vino más trabajo además de la película…me hicieron quiosquero de éxito en una serie emblemática.
Y yo, que no había pasado del papel galán cómico, me vine arriba…
Adriana Mourelos
En El Faro desde el origen del programa en 2018. Anteriormente, en Hablar por Hablar, como redactora...