Cine que mira a los desahucios

Madrid

Los desahucios, tema que parece haberse quedado fuera de los debates televisivos de esta precampaña, pero que el cine nos recuerda que siguen existiendo en dos películas en cartelera, sin subvenciones y sin productoras detrás.

Este viernes llega a las pantallas el drama social Techo y comida. Es la ópera prima de Juan José Castillo que ha financiado por crowdfunding. Ganó el premio del Público y el premio a mejor actriz, para Natalia Molina, en el pasado Festival de Cine de Málaga y, fue entonces cuando logró distribución en nuestro país. Techo y comida es un drama desabrido y despojado de todo ornamento. Un retrato del calvario de una madre soltera y joven que lleva tres años en paro. No puede pagar el alquiler y está a punto de ser desahuciada.

"Quería contar la historia de forma íntima, mostrar lo que ocurre de puertas hacía adentro, porque lo otro, ya lo vemos en los medios de comunicación cada día", dice el director jerezano. La idea del filme le surgió cuando en un informativo de televisión vio que su vecina era víctima de un desahucio. "Durante el tiempo que fuimos vecinos, nunca supe ni sospeché de sus dificultades. Esto revelaba dos dramas que cohabitaban en paralelo y se retroalimentaban", explica Castillo.

Natalia de Molina sustenta toda la narración que se ha basado en un caso de un desahucio real ocurrido en Torrejón de Ardoz, en Madrid, y que mantiene todos los tiempos judiciales reales.

Además de la ficción, también el documental retrata el drama de los desahuciados. La actriz Silvia Munt dirige La Granja del Pas, un documental rodado en el interior de las asambleas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Sabadell. También en este caso Munt encontró problemas a la hora de financiar el proyecto. "Iba a ser una historia de ficción, pero tuvimos que cambiar de idea porque eso suponía un mayor presupuesto y nadie nos financiaba. Hay miedo a la banca en este sector", dice la interpreta catalana.

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Lo que más llama la atención de La Granja del Pas es la variedad de perfiles que acuden a esas asambleas de la PAH. Hay economistas, arquitectos, obreros, mujeres con velo, subsaharianos, latinos, variedad de acentos y se mezclan el catalán y el castellano sin problema, con toda naturalidad. Esto refleja dos cosas, "que el desahucio le puede tocar a cualquiera, que nadie se libra", dice Munt; pero también "que los políticos están mirando para otro lado, poniendo el acento en otras cosas". 

La Granja del Pas, documental que ganó el premio La Luz en la Seminci de Valladolid, es un alegato en defensa de los movimientos asociativos, del empoderamiento ciudadano que ha logrado, en este país, ayudar a más gente que muchas instituciones. "Si no hubiera esto, ¿dónde estarían? si no estuvieran luchando juntos, ¿dónde estaría toda esa rabia y ese dolor? Esa época de los suicidios se paró gracias a estos movimientos ciudadanos que han dado ilusión y ganas de luchar", concluye Munt.