Soraya, en el banquillo

Madrid

Es muy chocante el papel de Soraya Sáenz de Santamaría en esta campaña. Está en el banquillo preparada para saltar al campo en una posición de suplente de guardia que no tiene precedentes en la historia de la democracia, ni en la nuestra ni en ninguna otra. No hemos sabido de nadie que sustituyera a un candidato en un debate, ni que en la publicidad electoral en letreros o farolas, un titular repartiera su espacio público con un acompañante.

¿A qué se debe algo tan llamativo? Unos dicen que se pretende cubrir con Soraya el espectro sociológico que Rajoy no alcanza. Otros, que se la coloca en pista por si en las negociaciones postelectorales el nombre de Rajoy se convierte en problema. Otros, que se le encomienda tragarse el marrón de la corrupción y el caso Bárcenas, que sin duda se le echará encima en el debate de Antena 3. Puede ser pero, sea lo que sea, esta entronización en campaña de Soraya parece indicar que el PP ve carencias en Rajoy. Hasta ahora ningún partido había reconocido nunca con tanta claridad que su candidato principal necesitaba refuerzos. Si el PP no controla esta sobreexposición vamos a terminar por preguntarnos quién es el telonero y quién es la estrella.

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