Un hombre mono y cinco niños que hacen rock
Nacidos de un experimento educativo gallego presentan su primer disco "Run" grabado en los estudios Abbey Road de Londres
Madrid
"Sonamos a nosotros mismos", afirma rotunda Irene, una de las componentes del grupo gallego "Furious Monkey House" cuando le preguntan a sus 12 años por las referencias de su primer disco "Run".
Muchos ya se han apresurado a decir que suenan a los Pixies, un piropo, "es uno de mis grupos favoritos" pero a su edad no entiende bien la obsesión de todos por definirles. Tampoco el resto de sus compañeros: Amaya –teclista–, Carlota –batería–, Manu –guitarra– y Mariña –voz–, que tienen entre los 9 y los 12 años.


En esencia, hacen música pop-rock, con las guitarras, la batería y el teclado dando fuerza a una voz que ya de por sí la tiene. Se han acostumbrado a que les digan que "suenan muy bien" y que no parecen una banda de y para niños. Son niños pero hacen música sin pensar en cómo se supone que deberían hacerla.
Tampoco se han metido en el mundo de la música porque hayan tenido referencias en casa o por obligación. "La música la llevábamos dentro y hemos ido evolucionando", dice Mariña. Elegir como actividad extraescolar la música les llevó hasta Gonzalo Maceira, profesor y creador del grupo: "dejé mi trabajo de estudio de grabación y de sonido para volver a dedicarme a dar clase, mi objetivo era acercar la música a los niños pero desde su propia experiencia creativa".


Dos años más tarde decidió hacer este "experimento". Comenzaron manejando varios instrumentos a la vez hasta que cada uno fue adquiriendo un papel dentro del grupo y quedándose con uno. "Me sorprendió lo rápido que aprendían a tocar".
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Gonzalo también toca con ellos, "el bajo, ese instrumento olvidado pero que da mucha solidez al rock". Aceptó quedarse con el papel de "mono" -sale disfrazado en los conciertos- para ir acorde con el espíritu desenfadado de la formación.
"Sabe ser serio cuando tiene que serlo pero a la hora de divertirse es el mejor", explican sus alumnos, son un equipo.
En un principio querían grabar disco únicamente para ellos pero la historia ha ido liandose hasta llegar a grabarlo en los estudios Abbey Road de Londres. "Habíamos hecho una maqueta previa y consideramos que había que rematarlo de forma especial, nos ha ayudado mucha gente a llegar hasta allí". Se corrió la voz en la red y ahora les están empezando a escuchar en todas partes.
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Cantan en inglés, "por la facilidad sonora y de composición" y las letras parten de las ideas de los niños que luego el profesor convierte en canción, como "When I'm spleeping" que habla de las pesadillas de Carlota con un zombi.
¿Y qué dicen los padres de todo este lío? "Están encantados porque saben que esto lo estamos haciendo con mucha responsabilidad, es en sus ratos libres, conciertos puntuales", explica.
Además, los niños descubren una cara de la música diferente, "montar un grupo ayuda a trabajar en equipo, ceder el papel protagonista y a disfrutar de toda la cultura que hay alrededor de este mundo". Otra de las lecciones aprendidas por los Furious: para saber de música hay que escuchar mucha música.

Laura Piñero
Cartagena (1985) Periodista de la SER desde 2009. Ha pasado por Hoy por Hoy, A vivir Madrid y actualmente...




