Consensuar sin ceder no puede ser
Hasta ahora todos hablan de consenso pero nadie está dispuesto a hacer cesión alguna. Un estado de cosas que nos llevará a unas nuevas elecciones
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Madrid
Ahora que ya sabemos que todo es imposible porque al PP no le salen las cuentas -porque el PSOE ya le ha anunciado repetidas veces su rotundo "no" a cualquier arreglo ni directo ni por abstención; ni con Rajoy ni sin Rajoy-, porque el PSOE tampoco suma por la izquierda -que es un camino abarrotado de líneas rojas insuperables-, ahora que ya sabemos, por tanto, que todo es imposible, ¿qué hacemos? Yo propongo que recordemos algo que aprendimos en la Transición, esa etapa que los partidos veteranos glorifican y que los partidos emergentes desean reeditar. Consensuar sin ceder no puede ser.
En aquel momento, si cada partido hubiese permanecido anclado en los principios fundamentales de su particular movimiento aún no nos habríamos sacudido los principios fundamentales del movimiento. Hasta ahora todos hablan de consenso pero nadie está dispuesto a hacer cesión alguna. Un estado de cosas que nos llevará a unas nuevas elecciones que el PP aguarda sin preocupación, porque lo normal es que engorde a costa de Ciudadanos, y que el PSOE debería guardar con preocupación, ya que Podemos podría adelantarle.
A todo esto, ¿se puede medir el grado de hartazgo social? Quiero decir: ¿Qué sería más castigado ceder para hacer posibles los encuentros o mantener las posiciones y llevar a una ciudadanía más que empachada a una nueva cita con las urnas?
