Ochenta toneladas de ayuda para Lesbos

Madrid

Tiene 24 años y decidió marcharse hasta la isla griega de Lesbos como voluntaria para ayudar en la llegada de refugiados al país. Ella es una más de los cientos de voluntarios y de decenas de nacionalidades que se concentran en Grecia para colaborar con la ayuda humanitaria. Pero su viaje hasta Lesbos trae consigo un propósito: repartir las 80 toneladas de recursos que consiguió reunir en 19 ciudades españolas, Lisboa y Toulouse junto a la iniciativa La Manta de la Vida.

“El proyecto empezó a crecer porque, aunque no lo parezca, hay mucha gente sensibilizada con este asunto”, asegura Carrillo. La impulsora de esta iniciativa, además, reconoce que se llevó una grata sorpresa al recaudar en tres semanas todos los recursos. Una idea que dice, en principio, se iba a limitar a “dos maletas de equipaje” al completo.

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Correctamente embalados en cajas y guardados en algunos almacenes a través de colaboradores desinteresados, han llegado hasta la isla Griega de Lesbos mantas, ropa de abrigo y sacos de dormir.

Sin embargo, Carrillo reconoce que “la gestión de esos recursos no está siendo sencilla”. Una vez en el terreno, esta voluntaria española asegura que en muchas ocasiones “simplemente cargamos los coches con las cajas y nos las llevamos a las playas, porque así nos aseguramos que es útil el trabajo que hemos hecho”.

Una jornada ‘agotadora’ la de todos los días, de la que tan solo es consciente cuando regresa a casa. Una de las imágenes más impactantes a las que ha tenido que enfrentarse ha sido a la petición de un niño de tres años que necesitaba unos zapatos porque no tenía calzado o una niña de veinte días en una barca donde “nada más llegar, su padre pidió que la revisaran para ver si se encontraba bien”.

El relato de Beatriz Carrillo podría ser la narración de cualquiera de los más de veinte días que ya cumple en Grecia y desde donde todavía no tiene billete de regreso. Entre tanto, también hace falta una dosis de reflexión y sosiego que no llega hasta que regresa a casa: “no te das cuenta de lo trágico que es esto, diariamente, porque vamos tan acelerados, es tan cansado, que no somos conscientes de lo que vivimos hasta que hablas de ello”.