Asesinos natos
"El desasosiego de comprobar que los avances médicos, tecnológicos, científicos nos sacó hace tanto tiempo de las cavernas no ha ido parejo con eliminar la principal perversión humana que es la violencia."
La opinión de Francino | Asesinos natos
01:30
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Madrid
Que el hombre puede ser un lobo para el hombre ya lo sabíamos. Tenemos cada día un montón de ejemplos que ilustran esta tesis, pero pocas veces coinciden dos noticias que enlacen la violencia más ancestral, antigua y rudimentaria con la sofisticación ultramoderna para cargarse a alguien. Hoy sí, hoy tenemos dos historias separadas por diez mil años que nos demuestran cómo el ser humano se encuentra en aprendizaje permanente si se trata de matar a los que considera sus enemigos. Por un lado tenemos los restos de una batalla en Kenia, lo que se supone fue un enfrentamiento entre cazadores y agricultores a pedrada limpia y a tiro de flecha; un montón de esqueletos con los huesos quebrados y sin ningún distingo entre hombres, mujeres y niños: palmaron todos. Eso por un lado...y por otro tenemos el resultado de la investigación sobre quién mató al espía Litvinenko. Un disidente de la KGB envenenado con polonio, en un caso de esos que nos retrotrae a la Guerra Fría, a las novelas de John Le Carrée y que hoy ha provocado un terremoto político entre Londres y Moscú.
No me negarán que es sugerente la coincidencia porque traza una línea de continuidad en el tiempo y confirma –entre otras cosas- que la barbarie se puede practicar igual en taparrabos y a lo bestia que con finura y sin aspavientos, en este caso con un producto químico. Pero la barbarie sigue siendo la misma. Y también el desasosiego de comprobar que los avances médicos, tecnológicos, científicos....todo eso que nos sacó hace tanto tiempo de las cavernas no ha ido parejo con eliminar la principal perversión humana que es la violencia. Tendremos que esperar, por lo menos, otros diez mil años.