Son nuestros muertos
En un movimiento de repliegue, los ministros del Interior han amenazado a Grecia con expulsarla de Schengen durante dos años por incumplir con sus compromisos en la actual crisis de los refugiados
Madrid
La Unión Europea sigue empeñada en cumplir con el principio de la Ley de Murphy: “si algo puede salir mal, saldrá mal”. En un movimiento de repliegue, los ministros del Interior han amenazado a Grecia con expulsarla de Schengen durante dos años por incumplir con sus compromisos en la actual crisis de los refugiados. Un nuevo Grexit que tiene que ver con el que vivimos el año pasado respecto al euro. De hecho, estas nuevas presiones sobre Atenas podrían convertir a Grecia en el primer estado fallido de la Unión Europea.
Suena fuerte pero si nos atenemos a los criterios de fragilidad que establece el Fondo por la Paz para determinar un estado fallido, Grecia está en pobreza y declive económico; legitimidad del estado; desigualdad social e intervención exterior a menos de tres puntos de diferencia de Siria, que ocupa el puesto número nueve mundial.
Es lógico que Atenas busque nuevos aliados y Alemania prometa ayuda financiera a Turquía para que frene el flujo, aunque lo más fácil sería que los socios europeos ayudasen a Grecia en la actual situación de emergencia y aliviasen la deuda del 180% que aplasta a la población. Sobre todo, porque los muertos que aparecen en sus costas no son sirios, tampoco son griegos, son nuestros muertos.




