LOE, LOGSE, LOMCE....¡Basta ya!

Ahora que la política española está en capilla y se ha puesto en marcha un intento serio de formar gobierno –que ya veremos si fructifica o no- igual podríamos aprovechar para hacer la carta a los Reyes. Y pedir –o mejor dicho, exigir- que en las mesas de negociación, más allá del reparto de cargos, estuvieran los asuntos que más afectan a los ciudadanos. El primero, desde luego, el paro; porque un país con los actuales niveles de desempleo, sobre todo entre los jóvenes, es un país con un futuro muy turbio, muchísimo. Pero el segundo, casi diría que al mismo nivel –y desde luego muy relacionado con el anterior- tendría que ser sí o sí la educación. El filósofo José Antonio Marina asegura que muchos aspectos de la educación están más allá de la ideología, como ocurre en la medicina o en la informática, y tiene toda la razón....pero ¡qué poco se ha notado en los últimos 35 años!! España no ha sido capaz de articular una hoja de ruta blindada ante los vaivenes de la política y así nos va; hemos tenido loes, lodes, loeces, logses y últimamente la LOMCE, esa ley –también conocida como ley Wert- que será derogada si acaba fraguando un gobierno de izquierdas.

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Bueno, pues igual ahí podría estar una de las claves del cambio, ¿verdad?; ¿seríamos capaces por una vez de cerrar un gran pacto educativo? Y si lo intentamos de veras, ¿se contará con la pieza clave de todo el andamio, que son los profesores? Hoy vamos a hablar de profesores en 'La Ventana', pero lo primero que aportamos para la reflexión es un dato: en uno de esos países escandinavos a los que tanto citan últimamente nuestros políticos, en Finlandia, ¿saben qué quieren ser la mayoría de sus mejores estudiantes? A ver, arquitectos, ingenieros, astronautas, abogados, médicos, estrellas del rock....Pues no, muchos de los mejores quieren ser profesores; por cómo están reconocidos –social y económicamente-, por la reputación que tienen y por el valor que se otorga a su trabajo. El día que hayamos importado ese fenómeno seremos un país infinitamente mejor, gobierne quien gobierne.