Se compra ideología
Del mismo modo que hay una sanidad privada con la que poder saltarse la lista de espera de la pública, la corrupción activa un gobierno privado

Madrid
Los planes de corrupción del PP de Valencia tienen que ver con una manera de hacer funcionar el país. Y como todos los casos que afectan a la financiación irregular, hay que separar bien los intereses del partido y los intereses de la empresa.

Manuel Jabois en los estudios de la Ser / CADENA SER

Manuel Jabois en los estudios de la Ser / CADENA SER
Cuando un partido político cobra en negro deja de tener un compromiso con la ley, que es la que regula esa donación, y por lo tanto pasa a tener un compromiso con otra cosa. Recibir dinero siempre compromete: siempre hay un contrato detrás. Se adquiere un pacto entre la esfera privada y la esfera pública, que puede parecer sencillo, pues en teoría sitúa mejor a la empresa donante a la hora de hacerse con concursos públicos, pero termina siendo un poco más complejo y más dañino: se contratan políticas públicas. Se compra ideología. Se sufraga una manera de gobernar que exige no olvidar que a ese partido le pagan grandes empresas, no pequeños ciudadanos.
No hay desde un luego una trama que funcione como eje en todas las organizaciones territoriales, pero sí perpetúa una forma de hacer las cosas que es tóxica, y que va más allá de que se cobre una mordida o de que tal empresa se haga con más contratos. O que, como publica hoy ‘El País’, el jefe del PP de Almería haya adjudicado un contrato de casi un millón de euros a su yerno.
Son conductas que cuando se generalizan desde el poder, y se juntan, forma un solo cuerpo, uno de esos avisos de luces de neón a pie de carretera. Es mentira que se esté gobernando de espaldas a los ciudadanos. Se está gobernando de cara a los ciudadanos que pagan, a los ciudadanos que sobornan. Del mismo modo que hay una sanidad privada con la que poder saltarse la lista de espera de la pública, la corrupción activa un gobierno privado con el cual la administración concede una serie de privilegios a aquellos que sostengan económicamente al partido, o a los cargos del partido. Se alquila una política, se compra una política. Y esto siempre desemboca en una ideología. En Estados Unidos es legal, por tanto hay igualdad de condiciones entre los poderosos. Aquí, sin embargo, hasta entre ellos se pueden hacer trampa.

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...




