Un ciudadano inolvidable
Umberto Eco murió el viernes. Tenía todo el saber en la cabeza, desde la prehistoria hasta la actualidad

Madrid
Tenía todo el saber en la cabeza, desde la prehistoria hasta la actualidad; era capaz de analizar un texto de Joyce y un cómic con igual detenimiento; llenó las librerías y las bibliotecas para buscar libros suyos incomprensibles o divertidos y no cesó de advertir sobre los peligros del lugar común; su última novela fue una explicación de los riesgos a los que se asoma el periodismo actual por culpa de la facilidad de chantaje que se esconde detrás de las redes sociales de Internet. Era, además, un hombre afectuoso y solidario, un sabio con el que daba gusto estar. Era Umberto Eco, murió el viernes y es un ciudadano inolvidable.




