El sí al referendo del amigo Cameron
José María Izquierdo analiza la consulta sobre la permanencia o no de Reino Unido en la Unión Europea
Madrid
Es difícil salir de esta vorágine en la que estamos metidos, con esa reunión a cuatro que se celebrará esta tarde y otras negociaciones que continúan por esas mesas variadas para intentar formar un gobierno, pero convendría echar un vistazo a esa Europa a la que pertenecemos y que rige buena parte de nuestros destinos.
Por si el austericidio y las políticas económicas de sangrantes recortes no hubiera sido suficiente; o como si el tremendo desastre del desprecio a los refugiados no hubiera mostrado de manera vergonzante sus miserias, ahora han vuelto a demostrar los dirigentes de la Unión la escasa fortaleza de sus principios y han permitido que Gran Bretaña rompa los acuerdos sociales para mantener, no faltaría más, todos los beneficios del capitalismo financiero que bendicen al Gobierno del muy conservador David Cameron y, al final, a la mayoría de los gobiernos europeos. Se ha cedido mucho y ya veremos para qué, porque todavía habrá que esperar al referéndum del 23 de junio para saber si los británicos se van o se quedan.
Lejos de este Ojo comparar situaciones, pero hay que ver cómo ha estado dispuesto Mariano Rajoy no ya a negociar, sino a regalar hasta la camisa para evitar la ruptura. Fuera ha hecho lo que no hace dentro: negociar hasta el cansancio para que no se vaya quien está decidido a irse.
