Dudas sobre el PSOE, certezas sobre el PP
José María Izquierdo analiza la situación del PSOE y del Partido Popular el día del debate de investidura

Madrid
Que nadie crea que este Ojo ha olvidado que desde el 20 de diciembre ya hay que tener en cuenta a cuatro partidos y no a dos. Pero aún se puede hacer una comparación entre los dos veteranos, aunque sólo sea porque siguen sacando más votos que los pimpollos.


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Hoy, uno de marzo, la comparación es mala, muy mala, para el PP. Y todavía lo es más porque su ventaja en las urnas, indudable por manifiesta, no ha significado otra cosa que hacer más dolorosas las heridas.
Transcurridos más de dos meses desde aquel domingo de turrones y panderetas, el PSOE luce mejor cara y hasta sus militantes andan más graciosamente que los del PP, escondidos en la cueva. Seguro que esta semana fracasan los socialistas en su asalto a La Moncloa. Lo más seguro es que el lunes volvamos a la incertidumbre, y no hay que descartar que finalmente los líderes de ambos partidos se estrellen en unas nuevas elecciones.
Pero hoy por hoy, Pedro Sánchez ha ganado peso hacia dentro y hacia afuera, y Mariano Rajoy se ha encogido en su sillón, abatidas sus huestes y espantados sus votantes ante la parálisis de su jefe, mientras no tiene fin el frenesí corrupto de decenas de manilargos que pululan entre sus dirigentes.
¿Espejismo? Quizá, pero la política también vive de imágenes. Y la del PP, hoy, asusta.




