El fútbol es caprichoso
"La aparición de las redes sociales como espacio público de comunicación ha convertido esas comunicaciones en calles admirables en las que te informas y aprendes, pero también en barrios peligrosos en los que te pueden agredir verbalmente simplemente por haber aparecido por ahí"

Madrid
El fútbol es caprichoso en sus elecciones, pero los futbolistas lo son más. La aparición de las redes sociales como espacio público de comunicación ha convertido esas comunicaciones en calles admirables en las que te informas y aprendes, pero también en barrios peligrosos en los que te pueden agredir verbalmente simplemente por haber aparecido por ahí.


A los futbolistas les hace gracia ese medio, porque compiten entre ellos por ver quién consigue más seguidores con la misma displicencia con la que después vetan a los periodistas en el vuelo de regreso después de un partido supuestamente para proteger su indetidad. Pero luego aparece Piqué convirtiendo su vida en una especie de Gran Hermano con el Periscope, una aplicación de Twitter que permite retransmitir en tiempo real.
Los clubs no son capaces de obligar a sus jugadores a mantener una relación fluida con la prensa, pero se acobardan ante las estrellas cuando deciden televisar su vida en Twitter.
La Liga de Fútbol Profesional está desarrollando unas normas que va a proponer a los clubs. No saben que en los equipos mandan los futbolistas y que es a ellos a quien tendrá que proponerles esas normas. Y, sobre todo, a cambio de algo, claro.




