La música contemporánea, una melodía “incómoda” para los oídos

Madrid

Nombres como Bach, Mozart o Beethoven son muy conocidos incluso para el público no aficionado a la música clásica, pero ¿qué ocurre con los compositores contemporáneos? Esta mañana en Hoy por Hoy con Gemma Nierga, Ramón Gener se adentra en el renacimiento, el barroco, el clasicismo y el romanticismo y nos ha hecho su particular clase magistral de música contemporánea, una música "incómoda" para los oídos.

Gener ha dejado claro que no se puede incluir a todos los autores en todos los periodos de la historia de la música y por ello, ha definido en orden las distintas etapas. El clasicismo es un periodo de la historia de la música en el que los compositores intentan reflejar en la música el “pienso luego existo”. Después llega el romanticismo, que es la exaltación total de los sentimientos, como hacía Wagner. Y tras esto, los impresionistas como Debussy, Fauvistas como Stravinsky y Postrománticos como Mahler, del que hoy en día está muy bien visto declararse auténtico admirador como, según ha comentado el experto, presumen muchos.

Pero nos hemos detenido especialmente en la etapa siguiente, la de los expresionistas Strauss y Schönberg, dos autores que intentaron ir más allá pero por caminos diferentes.

Strauss vuelve a la época de Mozart y hace música neoclásica, pero Schönberg decide dar un salto al vacío y seguir evolucionando. Sin conformarse con repetir la música que ya existía decide innovar, como hicieron en su momento algunos pintores como Picasso que rompió con lo establecido y creó el cubismo.

“Estamos acostumbrados a escuchar esa música que hace que el sonido sea confortable a nuestros oídos y Schönberg rompe con ello”, ha explicado Gener sobre las nuevas normas de juego de este autor que convierten su música en “incómoda”. “Schönberg abrió la veda para que todo el mundo escribiese música como le diera la gana”, ha incidido el experto.

Una ruptura a la que se unieron otros compositores como John Cage, que se atrevió con una música en la que no se oye absolutamente nada, como es su canción 4,33 donde el silencio es el único protagonista durante los cuatro minutos y medio de duración. “¿Dónde está la música? En el público, que es quien genera esa incomprensión”, ha definido Gener sobre esta música necesaria.