Tiempo perdido

Madrid

Me gustó anoche en El Larguero la conversación con Casemiro, el jugador del Real Madrid que va a jugar pasado mañana por vez primera en su vida contra el Barcelona en el Camp Nou. Un tipo de 24 años al que abandonó su padre cuando tenía 3 y se propuso jugar al fútbol para comprar una casa a su madre. Me gustó esa conversación, aunque esta mañana quería hablar del Valencia.

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Valencia es una ciudad apasionada con su equipo, que ha vivido momentos de pasión como esas dos últimas Ligas que ganó hace doce años. Eso ahora es historia. Historia que hace cimientos muy fuertes, pero el Valencia, por necesidad económica, por necedad de antiguos presidentes o por intereses ocultos de uno más reciente, vendió el club y su patrimonio -que no su historia- a un potentado asiático que no puede entender lo que significa ese club en la ciudad.

Y puso como entrenador a un exjugador inglés amigo suyo, que no ha sido capaz de dar una a derechas desde que llegó. Ayer lo cesaron. Supongo que a instancias de García Pitarch, un valenciano que conoce bien el club y ha colocado a un español, Paco Ayesterán, que conoce el fútbol español y es buen entrenador.

Estoy convencido de que a partir de ahora ese equipo va a caminar. Pero qué lástima de tiempo pérdido y, sobre todo, de dinero derrochado.