La extraña plaga de los áticos cardenalicios
José María Izquierdo fija su ojo sobre el cardenal Tarsicio Bertone y el supuesto desvío de fondos de dinero de un hospital para financiar la reforma de un ático
El Ojo Izquierdo: 'La extraña plaga de los áticos cardenalicios'
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Madrid
Dejemos por un día las miserias de esta vida terrenal que tanto nos agobia, elevemos este descreído Ojo a las alturas, y fijémonos en el extraño atractivo que hemos descubierto entre Sus Eminencias Reverendísimas, los cardenales de la Iglesia Católica, por los áticos de lujo. Extraña plaga ésta, pero tan peligrosa como la del virus del Zika.
El último afectado por este selecto mal ha sido el cardenal Tarsicio Bertone, que se ha hecho con un ático de 600 metros cuadrados más 100 de terraza en la mismísima Ciudad del Vaticano. No se sabe su precio, pero sí cuánto costó reformar el modesto pisito: 422.000 euros.
Para mayor escarnio, todas las pruebas apuntan a que la mitad de ese dinero se desvió de los fondos destinados a niños enfermos, según ha destapado la prestigiosa revista italiana L'Espresso.
Pero les recuerdo, porque la memoria es débil, que aquí en España, el exarzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela, aquel ejemplo de liberalismo eclesiástico, se encaprichó de otro ático de lujo en el centro de Madrid de 359 metros cuadrados, en el que la Iglesia se gastó medio millón de euros -más que Bertone- en las obras de reforma, necesarias para acondicionar las seis habitaciones y los cuatro cuartos de baño, imprescindibles para el servicio con que cuenta el cardenal, incluidas dos monjas.
Lo dicho: una plaga.