Hacienda no somos todos
"Ya sabemos que “Hacienda somos todos” es sólo un eslogan; pero creo que es preferible trabajar pensando en que algún día puede ser realidad. Primero porque es lo más honesto, lo que toca; y después porque incluso sirve como bálsamo para que te duela menos cuando recibes el palo."

Madrid
Hoy es un buen día para recordar aquel chiste de Eugenio, tan breve, tan certero, tan contundente….aquel que dice: “Señor, dame paciencia…. ¡pero ya!”. Es un buen día para eso y también para reivindicar la argamasa, la buena pasta de la que –a pesar de todo- estamos hechos como sociedad. Hoy empieza la campaña de declaración de la renta; y sinceramente,...sin hacer demagogia ni nada parecido. ¿Ustedes creen que el panorama es el más adecuado? Quiero decir, todo lo que está ocurriendo: los papeles de Panamá –hasta el nombre de Vargas Llosa aparece ahí-, los escándalos de corrupción, los rescates a los bancos…. ¿éste es el mejor mensaje a los ciudadanos para que cumplan con sus obligaciones fiscales? Pues no parece, ¿no?, la verdad.


Y sin embargo, la web de la Agencia Tributaria ya se ha colapsado hoy, el primer día. Y además seguro que cuando acabe la campaña volveremos a hablar de incremento de recaudación y todas esas cosas. Alguien dirá –y con razón- que cumplimos con Hacienda por miedo al palo, porque no nos queda otra. Bueno, eso es una verdad a medias….Será así en algunos casos, o incluso en bastantes, pero yo prefiero pensar –y los datos lo avalan- que sigue existiendo otra mayoría, una masa críticas de ciudadanos que asumen ese compromiso cívico que consiste en pagar impuestos religiosamente. Aunque haya otros, normalmente más ricos y más poderosos, que no prediquen con el ejemplo, sino todo lo contrario. Ya sabemos -porque nos lo han dicho- que “Hacienda somos todos” es sólo un eslogan; pero creo que es preferible trabajar pensando en que algún día puede ser realidad. Primero porque es lo más honesto, lo que toca; y después porque incluso sirve como bálsamo para que te duela menos cuando recibes el palo.




