Abrazo a Los Cristianos
Tras la tragedia en un lugar inolvidable

(EFE)

Madrid
Cuando era un adolescente mi madre me dejó ir a Los Cristianos a pasar los veranos, en casa de unos amigos que me ayudaban a sobrellevar el asma. Allí venían los suecos a curarse sus dolencias, en un clima fantástico que también se suponía que iba a curarme a mi. Ese lugar de aire tan saludable vive una tragedia. Un edificio se desplomó ayer por la mañana y la angustia de la búsqueda de los desaparecidos mantiene en vilo a la población de esta playa en la que tantos fuimos felices. Nuestra isla tinerfeña ha vivido muchas tragedias así, algunas en este sur. Para los que la sufren vaya desde aquí este abrazo a un lugar inolvidable.




