“Cuando soy buena, soy muy buena, pero cuando soy mala, soy mejor”
Mae West fue condenada por “corromper la moral de la juventud” con su obra de teatro “Sex” en abril de 1927.
Madrid
Ser pionero en algo tiene sus riesgos. Y la actriz Mae West, lo fue. Se saltó las normas, toreó a los puritanos y encima era una deslenguada. Por eso el 19 de abril de 1927 fue condenada por “corromper la moral de la juventud” con su obra de teatro “Sex”. Le cayeron 500 dólares de multa y diez días de prisión, pero la soltaron al octavo por buena conducta. Salió de la cárcel diciendo que era la primera vez en su vida que la premiaban por comportarse bien.
“Cuando soy buena, soy muy buena, pero cuando soy mala, soy mejor”
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Lo menos conocido de ella es precisamente lo más interesante y de lo que vamos a hablar: era muy buena guionista, muy creativa, era una empresaria arriesgada, muy buena directora de escena y una pésima actriz, porque ese era su papel, excesivo, provocador.
Hacía un año que “Sex” estaba en cartel. Era un musical picantón, subidito de tono, con un guion descarado y divertido de la propia Mae West, aunque firmaba con seudónimo. Se anunciaba diciendo “historia de una chica mala, pero buena para la Marina”. Y cuando ya había pasado medio Nueva York por el patio de butacas, un día irrumpió la policía en mitad de la representación y se llevó detenida a Mae West y a todo el elenco.
La Paramount se fija en una rubia bajita, que escribía y dirigía sus propios espectáculos, y que triunfaba en Nueva York con una obra donde ella era cantante en un antro de prostitución, liada con un matón y al que a su vez engañaba con uno del Ejército de Salvación. Ese es el guion que le interesó a la Paramount para llevarlo al cine. Y así, con 38 años, comenzó su carrera en Hollywood.
Su carrera en el cine duró 10 años. Se cansó de pegarse con la censura y volvió al teatro. Mae West volvió al teatro, pero lo hizo convertida en la primera sex-symbol del cine.