San Martín: “En Katsikas se necesita ayuda humanitaria urgente”

El pacto con Turquía en marcha; Merkel y Europa comprobando que todo funciona según lo acordado y, mientras, los refugiados continúan su camino hasta el continente, huyendo de la guerra, aunque ya las puertas estén cerradas. En cambio, la vida en los campos de refugiados permanece más o menos igual: sin movimientos, bloqueados por la lenta burocracia que no permite una respuesta inmediata de expulsión o de permanencia en Grecia.

Katsikas es un campo de refugiados situado al noroeste del país en donde las condiciones de vida, muy precarias en cualquiera de ellos, lo son aún más en este punto donde conviven unas 1400 personas que duermen sobre el barro y las piedras, bajo el peligro constante de la mordida de una serpiente, sin prácticamente duchas y aseos y sin agua caliente.

La ONG Olvidados trabaja en la zona desde hace un mes con los más de 1400 refugiados que duermen sobre el barro y las piedras. Allí se encuentra Olga San Martín, una voluntaria que ya había emprendido su viaje hasta Lesbos para luego recalar en Katsikas: “aquí no había nadie y tuvimos que plantear un plan de emergencias” para cubrir las necesidades de las personas en este campo de refugiados.

San Martín apunta a que algo más de la mitad de ellos son niños y los problemas para gestionar los residuos obligan a que muchos de ellos a hacer sus necesidades básicas fuera de las escasas letrinas con sus consecuentes enfermedades. Asegura esta voluntaria que “las enfermedades comienzan a ser un problema” y advierte que se deben resolver situaciones como que “el agua de las duchas se mezcle con las fecales”.

Además, se complica la situación porque “las enormes piedras” sobre las que está asentado el campo, provocan “múltiples heridas” por caídas.

Todos esperan continuar su camino hacia el centro de Europa aunque, de momento, “la incertidumbre” sobre no saber qué ocurrirá con ellos, incrementa el malestar en un campo que “posiblemente, sea de los peores en Grecia”, asegura Olga San Martín.