¿De qué sirve esta ronda del rey?
"La esperanza de los inamovibles será que los electores movamos nuestro voto. Y la pirueta puede premiar a quien no se ha movido un ápice estos cuatro meses."

Angel Díaz (EFE)

Madrid
Salvo que Felipe VI decida por sorpresa presentar su candidatura parece imposible que de esta última ronda de contactos salga una propuesta para un nuevo intento de investidura. Se cumple así un ritual insoslayable pero tan inútil que mientras el rey recibía al primer representante parlamentario en La Zarzuela, Alberto Garzón pormenorizaba en la SER las condiciones para su confluencia con Podemos en las próximas elecciones.
Tomamos nota de que los elegidos se han visto superados por la superación del bipartidismo, sin saber cómo gestionarlo. Anotamos también que igual que no han sabido leer los resultados del 20 de diciembre tampoco han querido leer las encuestas en las que una mayoría afirma no querer unas nuevas elecciones. Pero el colmo es que a las nuevas elecciones comparecerán los mismos candidatos con idénticos programas, exigencias y prejuicios. Así que la esperanza de los inamovibles será que los electores movamos nuestro voto. Y la pirueta puede premiar a quien no se ha movido un ápice estos cuatro meses. Todo muy alentador.




