Primeras impresiones post-pre electorales

Madrid

Muy mal deben estar las cosas en este país y muy poco nos valoramos si lo mejor que podemos encontrar para gobernarnos después de mirar y remirar durante meses es un partido invadido por la corrupción sin que le exijamos pagar el menor precio político por esa responsabilidad. Pero eso es lo que hay, como confirmó ayer la encuesta de Metroscopia. Tiene su lógica. Cuanto mayor es el barullo más destaca quien tiene las cosas claras, y el PP las tiene. Quiere ganar. No diré que carece de principios, pues los atesora, y los pregona en voz muy alta, pero no se enreda con ellos a la hora de votar. Por eso, aunque haya bajas entre sus filas no desfallece el núcleo duro, la base se mantiene firme.

Por lo que al PSOE se refiere, Metroscopia nos anunció que perderá votos. De ser así, habría de afrontar una nueva crisis interna, y no podría soslayar una disyuntiva de altísimo riesgo. Revisar la posibilidad de la gran coalición, que defienden importantes personalidades socialistas, o considerar la oferta de alianza que ayer lanzó Pablo Iglesias para un pacto de izquierdas que ya comienza a intentarse con IU. Fuera de esa disyuntiva sólo quedaría la soledad, o la refundación del partido. Claro, si acierta Metroscopia.