¿Dónde ponemos los límites del humor?

Madrid

RTVE ha pedido perdón por un sketch de José Mota que algunos espectadores consideraron “denigrante”. En él un paciente con una enfermedad grave le pide a su médico que sea sincero al 100% con el diagnóstico y, como la respuesta no le gusta, va regateando el nivel de franqueza hasta que el doctor le dice que está como una rosa.

En realidad no es una broma sobre enfermos terminales sino sobre la sinceridad. Habría funcionado igual con un empleado que pregunta a su jefe por su incierto futuro laboral, con una pareja al borde del divorcio o con un contribuyente frente al inspector fiscal, sin que lleguemos a imaginar ni la queja de los colectivos afectados ni la petición de disculpas por parte la televisión. Así que nos preguntamos de nuevo si el humor tiene límites y si el humor negro es una de sus fronteras insoslayables. Y creemos que, salvo contadísimas circunstancias, nada hay más sano que reírse de la vida tomándose con humor incluso la muerte, con la que también solemos morirnos de risa.