Europeos a tiempo parcial

Madrid

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que tiene un negro sentido del humor, acusaba hace poco a sus colegas de ser “europeos a tiempo parcial”. No es mala definición en un momento en el que muchos europeos no consiguen encontrar trabajo a tiempo completo como consecuencia de las propias políticas de la Unión.

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Sea como sea, Juncker tiene razón cuando advierte de que las cosas nunca fueron fáciles en la Unión Europea, pero que en los últimos años algo ha cambiado de manera radical: ahora los dirigentes no tienen la menor convicción en el proyecto europeo. Ya no creen que tengan un proyecto histórico entre manos. Ni mucho menos. Esa idea ha desaparecido de cuajo, reconoció Juncker ante sus colegas. Los principales dirigentes europeos de hoy día solo escuchan a sus respectivas opiniones nacionales. Son europeos a tiempo parcial porque solo quieren oír lo que van a recibir, no lo que hay que poner entre todos, lamentó Juncker.

Quizás los dirigentes europeos de dentro de diez años, los que han disfrutado de las becas Erasmus —cuya creadora, Sofia Corradi, recibirá hoy el premio Carlos V en Yuste— intenten recuperar en el futuro lo que hoy se está perdiendo, pero es difícil confiar en que así sea. Lo que se permite que se rompa o que se deforme hasta los extremos que estamos viendo, tiene pocas posibilidades de recomponerse.