Orgulloso de mi amigo, Andreu
"Si conseguimos que todo esto se imponga a la desidia, a los recelos y a la xenofobia....creo que podremos estar orgullosos."

Madrid
¿Qué hace un cómico como tú en un sitio como este? Así se lo pienso preguntar dentro de un rato a Andreu Buenafuente porque resulta que esta noche en Movistar Cero va a dedicar su programa de humor, su "Late motiv", a los cooperantes que ayudan a los refugiados en la isla de Lesbos. Y no es que los traiga al plató, no, ha sido él quien se ha liado la manta a la cabeza y ha viajado hasta esa isla, convertida en símbolo de muchas cosas. No me negarán que resulta chocante –pero también muy sugerente- que alguien que enarbola el humor y la risa como banderas de su vida se haya animado con una experiencia que no tiene ni pizca de gracia; al revés, que más bien suele provocar lágrimas o exabruptos.


En cualquier caso, viene bien esta enésima iniciativa –igual que la colección de música que se dispone a lanzar El País, como los conciertos solidarios, o tener a Pepe Viyuela en el Kurdistán iraquí con Payasos sin Fronteras, o tantas otras historias....- viene bien para reconciliarnos con nosotros mismos; y para recordarnos que no somos un mal país, ni muchísimo menos. La contabilidad oficial dice que hasta el momento España sólo ha acogido 18 refugiados y que la próxima semana llegarán otros 87. Pero la corriente subterránea, la de la calle, la de la gente –incluidos, por cierto, muchos ayuntamientos- proyecta un mensaje muy distinto, en términos de solidaridad, de decencia y de compromiso. Si conseguimos que todo esto se imponga a la desidia, a los recelos y a la xenofobia....creo que podremos estar orgullosos. Yo, de momento, lo estoy y mucho: estoy orgulloso de tener amigos como Andreu




