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El movimiento del Comercio Justo

El Comercio Justo aumenta pero aún hace falta que más gente se conciencie de sus beneficios. / GETTY

El Comercio Justo aumenta pero aún hace falta que más gente se conciencie de sus beneficios.

Madrid

El Comercio Justo es un movimiento internacional que lucha por la justicia global, combatiendo la pobreza y la desigualdad que este sistema genera. Para avanzar en esta tarea, el movimiento del Comercio Justo trabaja fundamentalmente en tres ámbitos: en la denuncia de las políticas económicas que anteponen los derechos de las empresas frente a los de las personas y el medioambiente, en la movilización ciudadana para reivindicar un sistema más justo para todos y proponiendo, a la vez, un modelo comercial alternativo al convencional, basado en el respeto a los derechos de las personas y del medioambiente.

El movimiento del Comercio Justo denuncia las prácticas abusivas de muchas empresas, generalmente multinacionales, que consolidan e incrementan la pobreza y la desigualdad en la que viven las y los trabajadores de los países más empobrecidos. Como hemos analizado en varios informes, una de las tendencias que caracteriza a las grandes multinacionales es la deslocalización, proceso mediante el cual van trasladando su producción a aquellos países que les resultan más rentables, es decir, donde pueden minorar sus costes al máximo, fundamentalmente porque en dichos países, apenas existen leyes sociales y medioambientales. Y quienes más sufren esta desregularización de los derechos más fundamentales, son los productores y trabajadores de estos países, con jornadas de trabajo extenuantes, cuyos sueldos no alcanzan el mínimo digno para vivir, en condiciones laborales deplorables. El ejemplo visible más dramático fue el derrumbe del edificio Rana Plaza, en Bangladesh, pero no es en absoluto la excepción, es más bien la regla general.

Es una realidad que venimos denunciando y que en nuestra opinión requeriría, por una parte, un consenso internacional sobre aquellos derechos laborales y medioambientales inalienables y, por otra, desarrollar diferentes mecanismos reales de intervención en caso de que estos se incumpliesen. Lo que tenemos claro es que la protección de los derechos laborales no es una cuestión que incumbe de forma exclusiva a empresas y sindicatos. Los derechos laborales y su cumplimento a nivel internacional tienen que ver con la asunción de responsabilidades por parte de organismos internaciones, estados y sociedad civil en su conjunto, incluyendo, por supuesto, a las empresas.

Pero el movimiento del Comercio Justo, si se caracteriza por algo, es porque a la vez que denunciamos las injustas reglas comerciales, también ofrecemos un modelo comercial alternativo al convencional, donde los derechos de las personas y del medioambiente son el centro de la práctica económica. Así, por ejemplo, las personas que producen o elaboran productos para las redes de Comercio Justo, reciben un salario digno, trabajan en unas condiciones adecuadas y seguras y no hay explotación laboral infantil. Además, el proceso de producción no es perjudicial para el medio ambiente y se asegura el trato igualitario a hombres y mujeres. En definitiva, se trata de un tipo de comercio basado en el respeto y la justicia, tanto a nivel económico, social como medioambiental.

Este movimiento se inició en EEUU a finales de los años 50 y no fue hasta finales de los 80 cuando se introdujo en España con la apertura de las dos primeras tiendas de Comercio Justo en Córdoba y San Sebastián. Desde entonces, la venta de productos de Comercio Justo ha ido creciendo sin interrupción, básicamente por el aumento de los lugares donde los consumidores pueden encontrar comercio justo.

Cada vez más, estos productos pueden encontrarse en diferentes espacios comerciales. Esto hace que el número de clientes de Comercio Justo aumente y, por tanto, también la facturación total. Sin embargo, aunque las cifras globales de facturación estén aumentando, las ventas en las tiendas de Comercio Justo vienen descendiendo desde 2008 hasta ahora. Y esto es algo que nos preocupa, porque las tiendas son un núcleo muy importante para el movimiento del comercio justo, ya que en ellas no solo puedes comprar un producto, sino que también puedes participar en actividades de sensibilización o en acciones de denuncia, informarte más sobre el comercio justo, involucrarte en otros movimientos de transformación social, etc.

Los datos, pues, son optimistas y recogen un aumento de las ventas globales de Comercio Justo, lo cual nos alegra ya que refleja que hay una demanda de este tipo de productos. Pero pese al crecimiento global, no hay que olvidar que la actual crisis ha influido, y está influyendo a las tiendas de Comercio Justo y a los productos de artesanía.

Frente al descenso de ventas en las tiendas de Comercio Justo nos gustaría reivindicar la importancia de estos espacios ya que no solo son lugares de venta sino también de sensibilización e información e incidencia, pilares fundamentales del movimiento del Comercio Justo.

Llamamiento solidario: Por último, una reflexión: el movimiento del Comercio Justo propone otro modelo global, con otro tipo de relaciones comerciales y económicas desde un planteamiento más humano, social y de cuidado del entorno. Hoy, en este tiempo de crisis económica, queremos destacar que el Comercio Justo es una alternativa real y posible que favorece el desarrollo de los pueblos.

Por ello queremos hacer un llamamiento a las instituciones, públicas y privadas, y a la sociedad para que se sumen a este movimiento con el que apostamos por un modelo de mundo más justo para todos y todas.

Recomendaciones para un consumo responsable

  • Al comprar cualquier artículo, pensar si en realidad se necesita o no. No hacer un consumo innecesario.
  • Preguntarse quién ha producido ese artículo y en qué condiciones.
  • Hacerse consciente de que al consumir se puede estar apoyando un modelo global social y económico u otro.
  • Mirar si el producto que se adquiere lleva el sello de la Organización Mundial del Comercio Justo o alguno de los otros sellos reconocidos por dicha institución (Fairtrade International, ECOCERT, FUNDEPPO, IMO-Fair for Life o Naturland Fair).

Si se compra en las tiendas gestionadas por las organizaciones de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, se está garantizando un consumo responsable de productos de certificados por entidades miembro de la Organización Mundial del Comercio Justo.

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