La vida según Iggy Pop: vino y desconexión
El roquero es el protagonista del documental Gimme Danger, dirigido por Jim Jarmusch
Iggy Pop
Cannes
¿Llevará camisa esta noche a la alfombra roja? Iggy Pop, el líder del grupo The Stooges, legendario por cantar con el torso a aire y lanzarse en plancha sobre el público ha sido la estrella más campechana y a la vez glamurosa que ha pisado este festival. Tranquilos, que sí, esta noche llevará camisa por orden de su agente: “Pero si hay que quitarse la camisa, me la quito”, decía entre risas hoy, luciendo una blanquísima dentadura postiza. En el documental se ve claramente que se dejó un diente en sus primeras saltos sobre el respetable.
El roquero se ha puesto delante de la cámara de Jim Jarmusch para el documental biográfico, Gimme Danger, sentado en su sillón o en su terraza, y descalzo – como también lo ha hecho ante la prensa hoy en Cannes- ha contado sus recuerdos: “Salvo de mis padres, no tengo fotos de nadie. A Jim le he abierto mi memoria”. El resultado es un collage, que trenza música, las declaraciones de Iggy Pop, fotos y viejos vídeos que han aportado los compañeros de la banda y sus familias. Lo más sorprendente es la mezcla de retazos de películas y anuncios antiguos que de una manera disparatada encajan perfectamente en el imaginario de The Stooges.
El productor estadounidense Carter Logan (i-d), el cantante estadounidense Iggy Pop, el cineasta estadounidense Jim Jarmusch, y el productor argentino Fernando Sulichin, durante el pase gráfico del documental 'Gimme Danger', en la 69 edición del Festival
Iggy Pop tiene 67 años y mantiene una frescura infantil. Se parte de risa ante las preguntas que van desde todos sus referentes musicales hasta su visión del siglo XXI: “Diría que sería conveniente bajar el nivel de conexión. Bajar la intensidad de los estímulos que lo están jodiendo todo”.
El hombre que ha marcado sido bandera libertaria del rock ha mostrado su lado más tierno: “Me mantengo joven gracias a los consejos de mi madre, a la que tardé mucho en hacer caso. Ahora soy buen chico, me limito a trabajar, beber vino para cenar y dormir. O iba a hablar de mi vida sexual, pero lo voy a dejar para otro día (más risas)”.
Con respecto a las drogas, a las que tanto tiempo estuvo enganchado, aconseja no acercarse ni un milímetro “porque empiezas con marihuana y acabas metiéndote LSD”.
