¡¡Policía, policía!!
"Si los vándalos de Gracia fuesen fachas; y quemaran los mismos cajeros, volcaran los mismos contenedores y lanzaran los mismos palos, pero cantando el "Cara al sol", por ejemplo. ¿Hubieran sido igual las reacciones?"
La opinión de Francino | ¡¡Policía, policía!!
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Madrid
Hoy voy a meterme en un jardín. Sé que lo es y reconozco que tampoco dispongo de ninguna fórmula mágica para resolver el asunto, pero creo -sinceramente- que hay que abordarlo. Yo voy a hacerlo desde las dudas que me sugiere lo que está ocurriendo estos días en Barcelona, con los incidentes en el barrio de Gracia. Y la cuestión básica sería preguntarse qué pasa cuando en una sociedad –democrática, se entiende- se quiebra la confianza entre ciudadanos y policía. Pues yo creo que tenemos un problema; y un problema muy serio. Y para resolverlo lo primero es llamar a las cosas por su nombre. Por ejemplo: las imágenes callejeras que hemos visto estos días, lo de romper lunas de escaparates, volcar contenedores, quemar cajeros automáticos, lanzar piedras a los mossos d'esquadra....eso es violencia pura y dura; no puede tener ni excusas, ni apoyo político, ni nada.
Hoy se pregunta Pilar Rahola en La Vanguardia qué estaría pasando –en la política, en los medios, en todas partes...- si los vándalos de Gracia fuesen fachas; y quemaran los mismos cajeros, volcaran los mismos contenedores y lanzaran los mismos palos, pero cantando el "Cara al sol", por ejemplo. ¿Hubieran sido igual las reacciones? ¡¡¡Nooo!!! Para nada, hubieran resultado mucho más contundentes en todos los ámbitos. En fin, ya sé que este planteamiento puede parecer provocador, pero yo creo que lleva parte de razón. Claro que eso no es incompatible con criticar –y denunciar- los excesos policiales. Y los Mossos d'Esquadra –ya que hablamos de ellos- acumulan una serie de episodios digamos que poco edificantes, el último el caso de Esther Quintana, la mujer que perdió un ojo por un disparo de no se sabe qué y a cuyos responsables finalmente la justicia no ha sido capaz de identificar. Pero no sólo por el hecho en sí, sino por todas las tácticas dilatorias –o directamente mentiras- que utilizaron en este y en otros casos recientes. Eso no ayuda a nada bueno. Como tampoco ayuda que salieran de rositas los policías antidisturbios que repartieron porrazos a mansalva en la estación de Atocha o que condecoraran a los guardias civiles que bajaron a lo bestia a un inmigrante de la valla de Melilla.
Creo que lo peor de todo es mantener dos discursos monolíticos: el de la policía siempre da hostias sin ton ni son y el de la policía nunca se equivoca. Yo ya he dicho que no tengo ninguna receta mágica para arreglar esto, pero si no somos capaces -desde la política sobre todo, pero también desde los medios-...de romper ese bucle....el problema –que ya lo tenemos- cada vez será más grave.