“La lectura ayuda a vivir con más riesgo en otros mundos; éste se vuelve tedioso”
La joven escritora Sara Cruces ha ganado el XI Premio Jordi Serra i Fabra para jóvenes promesas de la escritura. Con sólo 17 años, tiene 10 novelas escritas
Madrid
Sara Cruces (Irún, 17 años) recuerda que se leyó todos los libros de Harry Potter de un tirón cuando tenía 8 años. "A partir de ahí, quise imaginarme mundos paralelos e inventar las vidas de sus protagonistas". Y lo ha conseguido. El pasado 28 de mayo recogía en Madrid el XI Premio Jordi Serra i Fabra para jóvenes promesas de escritura por su novela Sobre fondo azul y ahora la presenta en la Feria del Libro.
ENTREVISTA A SARA CRUCES
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Sara tiene ya 10 libros en su palmarés, de los cuales tres son de temática realista. Entre ellas, la que le ha dado la victoria. "Trata sobre el mundo de la natación y un chico al que le apasiona nadar. Pero en el momento en que tiene una lesión, debe plantearse si seguir o no con su carrera", cuenta a la Cadena SER. El resto de sus libros son de "castillos y guerras, a lo medieval", como ella misma los define. A los 14 años vio en la calle El reflejo de la magia. Descubrimiento, la primera parte de una trilogía sobre una princesa a la que no le gustaba vivir como tal.
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Esta joven escritora estudia Bachillerato científico y probablemente se decante por la carrera de Ingeniería Biomédica en la universidad, "aunque vivir de la literatura también sería un sueño, y las ciencias ayudan mucho a la inspiración", explica. Sara reconoce que no tiene una rutina marcada, pero es mujer de costumbres y organización: a pesar del tiempo que ocupan sus estudios, ella se las arregla para dedicarse a ellos, para salir con sus amigos, para leer y para escribir. Normalmente lo hace sobre las seis de la tarde, "cuando estoy más inspirada".
Eso sí; la inspiración tiene que pillar trabajando. Ella no se sienta delante del ordenador a ver qué sale. "Cualquier cosa puede ser un buen comienzo para una historia: los sueños que tengo por la noche o algo de la vida cotidiana que me llame especialmente la atención". Luego, madura la idea, hace esquemas y resúmenes, y una vez escrita la historia, la deja reposar antes de corregirla.
Siempre se ha recordado a sí misma con un libro en la mano (o en las estanterías de su casa, ya absolutamente repletas). "La lectura siempre ha estado ahí para mí y es una forma de alejarme del mundo real. En otros mundos siempre puedes vivir con más riesgo; éste se vuelve tedioso", opina. Sus profesores la animan a que siga con esa filosofía y algunos amigos se han leído su novela, aunque ella misma cree que ha sido por su temática deportiva. "Con el fenómeno de Internet, cada vez son más los que se entretienen de otra manera", se lamenta. Pero ella es de las que creen que ni la Red ni las nuevas tecnologías podrán apartar nunca de los libros a quien realmente los ama.