El ciclón Muguruza jugará la final de Roland Garros
La jugadora hispano-venezolana supera a Stosur 6-2/6-4 en un partido excelso en el que no dio oportunidad alguna a su rival
Partido impecable de la jugadora hispano-venezolana, que se convierte en la primera española en jugar una final en París desde que Conchita Martínez lo hiciese en el año 2000. Garbiñe saltó a la segunda pista en importancia de Roland Garros con los nervios templados, segura de sí misma y con un objetivo claro: hacer historia.
Desde el primer momento su agresividad quedó clara en la pista, siendo protagonista y atacando cualquier resquicio de duda en el juego de Stosur. Rompió el saque de su rival en el primer juego, diciendo "aquí estoy yo y he venido a hacerme mayor en París".
Desde ese momento Garbiñe Muguruza comenzó un viaje mental por su tenis que terminó en la versión total de una jugadora que no conoce techo. Plantada en la pista como si fuese una grúa, su cadera giraba con velocidad pasmosa de lado a lado tirando reveses y derechas imposibles.
La discípula de Sumyk logró que Stosur fuese la que tuviese que correr. Con tiros sobre todo paralelos se encargó de desquiciar a la australiana, mucho más experta que ella, pero sobrepasada ante el festival de misiles que venían desde el otro lado de la red. Mientras tanto Sam Sumyk sonreía mitad incrédulo mitad confiado, con una mueca parecida a la de cualquier malo de película animada.
El primer set fue visto y no visto, fue un 6-2 fugaz. Garbiñe iba por la vía rápida, más agresiva que nunca, jugando a dos o tres tiro y con la idea clara de que Samantha no podía engancharse a los peloteos (donde es algo mejor que ella). En la segunda manga rompió de nuevo pronto y se vio con pie y medio en la final y justo ahí aparecieron los nervios de una tenista que acostumbra a mostrar mucho sus emociones.
Punto SER y Partido (31-05-2016): ¿Cuándo habrá techo en Roland Garros?
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Titubeó una vez pero no dos. Sacó con 5-4 a favor y cerró un partido que la sitúa como el mejor relevo posible a la generación actual. Será su segunda final grande, será de nuevo ante Serena Williams pero será en tierra batida. Un tipo de suelo en el que Garbiñe sabe latín y en el que se ha criado desde que llegara a España.
Jugará este sábado a las 15.00 de la tarde hora peninsular. El ciclón Muguruza busca revancha y tiene una oportunidad de oro para cobrársela.