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LA CRÓNICA NEGRA DE HOLLYWOOD

Jean Harlow, víctima del fanatismo religioso

La rubia platino, uno de los mayores sex symbols del Hollywood de los años 30, tuvo una muerte triste y absurda.

Jean Harlow

Madrid

Jean Harlow entró en el cine por la puerta grande. El millonario Howard Hughes la había elegido como protagonista femenina de su película de aviones “Los ángeles del infierno” (1931) una de las mayores superproducciones rodadas hasta entonces. Aquel film lanzó su carrera y gracias a títulos como “El enemigo público”, “Tierra de pasión” o “Los enredos de una dama” Jean se convirtió en una de las grandes estrellas de los años 30. Es más, de alguna forma, redefinió el papel de la mujer protagonista en Hollywood en aquella década. La actriz era desenvuelta y segura de sí misma y poseía una sensualidad provocativa. Sus trajes ceñidos y su pelo rubio platino marcaban su estilo, un estilo que levantaba ampollas en los sectores más conservadores de la sociedad americana. Pero a diferencia de las heroínas descaradas y valientes que interpretaba en la pantalla, en la vida real Jean Harlow se vio abocada a una tragedia en la que no pudo hacer nada.

Jean Harlow, víctima del fanatismo religioso

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En el mes de febrero de 1937 la actriz tuvo una gripe. Los médicos que la atendieron la trataron además de ciertos problemas renales que padecía desde que de niña sufriera la escarlatina. Dos meses después, a pesar de que todavía no estaba recuperada, la Metro la exigió que empezara a rodar la película “Saratoga” en la que formaba pareja con Clark Gable. Un sábado la actriz se desmayó en el plató. Durante todo el fin de semana Jean Harlow sufrió fuertes dolores en la espalda y en el estómago. Pocos días después fallecía inesperadamente en el hospital. La causa de la muerte había sido una insuficiencia renal pero la prensa amarilla no se conformó con el dictamen médico. Las columnas de chismorreo cinematográfico publicaron teorías descabelladas como que Jean había fallecido a causa de un aborto chapucero que le habrían practicado en su propia casa o que había sido envenenada por orden de la Mafia. Pero ¿Por qué no se conformaban con la versión oficial? Probablemente porque en contra de Jean Harlow figuraba su tormentoso currículum sentimental.

Jean Harlow se había casado tres veces. La primera cuando todavía estaba en el instituto, con tan solo16 años. Se divorció a los 18. Más tarde, al poco de iniciar su carrera en Hollywood, conoció a un ejecutivo de la Metro llamado Paul Bern. Había una película, “La pelirroja”, que ella deseaba protagonizar pero Louis B. Mayer, el jefe de estudio, se negaba. Paul Bern insistió y peleó por la Harlow hasta que finalmente le dieron el papel. De ahí nació una relación amorosa entre la actriz y el ejecutivo y pronto anunciaron su boda.

El problema es que Paul Bern resultó ser impotente sexualmente y además un hombre violento. Se dice que ya en la noche de bodas le propinó a Jean una brutal paliza que agravó aún más los problemas de riñón que tenía la actriz. Lo cierto es que su matrimonio terminó de forma trágica a los dos meses. Paul Bern apareció muerto en su casa. Estaba completamente desnudo frente al espejo de su vestidor. Se había disparado un tiro en la sien. Todos achacaron el suicidio a su problema de impotencia pero poco después se conocieron otros hechos bastante sorprendentes. Al parecer Paul Bern estaba ya casado con una mujer de Nueva York que tenía un historial psiquiátrico, Dorothy Millette. Bern era pues bígamo y esa noche la mujer le había visitado en su casa para pedirle explicaciones y los vecinos pudieron escuchar gritos de discusión. Muchos creen que fue esa mujer quien asesinó al marido de Jean Harlow pero nunca pudo ser interrogada porque un par de días después su cadáver apareció flotando en el río.

De esta forma Jean Harlow tuvo que enfrentarse no solo a la muerte de su marido sino a todo el escándalo posterior. Pero lo hizo con gran entereza. Tan solo una semana después de la muerte volvió al trabajo, incorporándose al rodaje de la película “Tierra de pasión”. En lo sentimental también se recuperaría pronto. Al año siguiente volvió a casarse con un operador de cámara con el que solo convivió siete meses y en 1935 se enamoró del actor William Powell. Con él planeaba volver a casarse cuando entonces ocurrió la tragedia.

La trayectoria de Jean Harlow como veis alimentaba el morbo, pero lo más extraño del caso es lo que ocurrió entre el sábado en el que se desmayó en el plató de la película “Saratoga” y la fecha de su muerte. Tras salir del estudio Jean Harlow se fue a casa de su madre para que la cuidara. Pasados unos días y al ver que la actriz no acudía al plató un grupo de compañeros, entre los que estaba Clark Gable, fueron a verla a la casa. La madre, en principio, no quería dejarles entrar. Cuando por fin a base de mucho insistir consiguieron verla se encontraron con una Jean Harlow casi agonizante. La madre era miembro de la Iglesia de la Ciencia Cristiana y según su doctrina a su hija no debía verla ningún médico, bastaban las oraciones para sanarla. Finalmente fue una llamada de Louis B. Mayer, el jefe de la Metro y al que la madre de Jean Harlow respetaba muchísimo, la que convenció a la mujer para que permitiera que su hija fuera trasladada a un hospital. Pero ya era demasiado tarde.

Jean Harlow murió el 7 de junio de 1937. Su novio, William Powell, estaba destrozado. Él se encargó de todo. Compró tres criptas en el cementerio de Forest Lawn de Los Ángeles. Una para Jean, otra para su madre y otra para él mismo. En la lápida de la tumba de Jean Harlow se puede leer: “nuestra Baby” ya que ese era el apelativo cariñoso con el que le llamaban todos sus amigos. Y en efecto, con tan solo 26 años, la actriz era aún una baby, demasiado joven para morir.

Antonio Martínez

Antonio Martínez

Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...

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