Ni privilegios ni cacerías
"Ministros y futbolistas deberían desear que la justicia resplandezca antes de brindar apoyos tribales"
Medio minuto: 'Ni privilegios ni cacerías'
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Madrid
El caso de David de Gea ejemplifica muchos de los males que aquejan a nuestra sociedad. Hasta ahora lo que sabemos es que una testigo protegido ha declarado a la policía que el portero de la selección habría contratado a través del empresario del porno Torbe, los servicios de dos prostitutas, una de las cuales al menos habría sido obligada a practicar el sexo. La policía dice que no hay delito y de momento aun no se ha establecido que De Gea estuviera en el hotel aunque en el sumario consta un intercambio de mensajes con la testigo protegida. De momento no hay más. Ni menos
Pero ya sirve para que se desaten manifestaciones de todo tipo, alguna de ellas muy desafortunada, empezando por el ministro del Interior, quien ha expresado su deseo de que esto no perjudique a las posibilidades futbolísticas de españa en la Eurocopa. Es inexplicable que un ministro del Interior pueda decir esas cosas y seguir en su puesto. Y después ese inquietante apoyo cerrado del vestuario. Es lógico que lo amparen, pero todos, ministros y futbolistas incluidos, deberían desear, antes de brindar apoyos tribales, que la justicia resplandezca y conozcamos la verdad, sin remakes de "uno de los nuestros". Por lo tanto, que el ministro se limite a velar por el cumplimiento del estado de derecho, que el seleccionador decida si debe alinear o no a de Gea, sobre quien no consta inhabilitación alguna; que la policía y los jueces hagan su trabajo y los futbolistas metan muchos goles. Es importante que la sociedad entienda que hablamos de un asunto de suma gravedad. Apelemos todos a la presunción de inocencia, pero sin privilegios ni cacerías.