¿Ganar en la pista, perder en los despachos?
Los equipos de baloncesto de Palencia y Melilla, que ganaron en la pista su derecho a estar en la ACB, no lo harán por no poder hacer frente a las condiciones económicas impuestas.

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Madrid
Los equipos de baloncesto de Palencia y Melilla, que ganaron en la pista su derecho a estar en la ACB, no lo harán por no poder hacer frente a las condiciones económicas impuestas: un canon de casi 4 millones a fondo perdido, 2,1 del fondo de ascensos, un aval de 600.000 euros y un presupuesto mínimo de un millón. Más de siete millones, diez veces el presupuesto anual de un club como el de Palencia que ha logrado la hazaña, en un trabajo de décadas, de llevar a un club colegial a lo más alto del baloncesto, cuyas puertas ahora le cierran.
Que lo que se gana en la cancha te pueda ser robado en los despachos es injusto y antideportivo. Hasta el Mercado Nacional de los Mercados y la Competencia dictaminó en abril que esas condiciones “obstaculizan de forma injustificada, desproporcionada y discriminatoria” el acceso de clubes modestos”. Pero la ACB hace oídos sordos. De hecho, en las últimas cuatro temporadas sólo dos de los ocho equipos que han conseguido el ascenso deportivo han logrado después jugar en la ACB. Y eso no es juego limpio.




