¿El alcohol no mata?
Desde el 20 de mayo los fabricantes de tabaco están obligados a aumentar las advertencias sobre las consecuencias mortales de los cigarrillos. No nos explicamos que no se haya extendido a otras sustancias como el alcohol.

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Madrid
Desde el 20 de mayo los fabricantes de tabaco están obligados a aumentar en las cajetillas, hasta dos tercios de su superficie, las imágenes y las advertencias sobre las consecuencias mortales de los cigarrillos. Liberado el stock previo, los fumadores compran ya cajetillas en las que, por ejemplo, se ve a una pareja frente a un pequeño ataúd blanco con la advertencia de que “fumar puede matar al hijo que esperas”.
Cuando se puso en marcha esta obligada campaña de concienciación ya discutimos sobre su conveniencia y su eficacia. Pero si damos por supuesto que ha surtido efecto, no nos explicamos que no se haya extendido a otras sustancias como el alcohol, que también es adictivo, causa de graves patologías y potencialmente mortal. Y por eso ver las cajetillas de tabaco convertidas en esquelas de bolsillo y las botellas de alcohol limpias de la mínima advertencia resulta, por lo menos, paradójico.




