¿Voto robado?

Madrid

Una vez más, el voto de los españoles en el extranjero sigue siendo una complicadísima aventura. España tiene casi dos millones de ciudadanos expatriados y en las últimas elecciones del 20D los que votaron no llegaron al 5%, seis veces menos que en 2008. Un 95% de ciudadanos que no depositan su voto no puede ser mera abstención, es, sencillamente, un grandísimo problema que, además, no deja de crecer. Porque cada vez hay más españoles fuera de España y cada vez es menor el número de sus votos.

Los afectados denuncian con insistencia el complejísimo proceso para ejercer el voto, con una burocracia impropia del siglo XXI. Pero su queja es voz que clama en el desierto. Quien tiene que resolver el problema no lo hace. Y en las informaciones, el agujero electoral exterior es una especie de anécdota repetida en los comicios. ¿Qué pasaría si el domingo todos los electores de un puñado de provincias no pudieran hacerlo? Pues que estaríamos ante un escándalo democrático. Lo otro es exactamente lo mismo. Incomprensible, además, en un país en que se puede presentar telemáticamente y con seguridad una compleja Declaración de la Renta y no enviar un sencillo voto a una urna virtual.