Olivia de Havilland cumple 100 años
El 1 de julio se convertirá en centenaria. La actriz de “Lo que el viento se llevó” es una de las pocas leyendas vivas que quedan del Hollywood más clásico.
Madrid
¿Qué habría sido de las hazañas de Robin de los Bosques de no haber estado allí Lady Marian esperando a ser rescatada? ¿Habría quedado patente el egoísmo de Escarlata sin compararlo con la bondad de Melania? Olivia de Havilland fue durante mucho tiempo la ingenua oficial de Hollywood, la damita adorable y buena del cine. Sólo cuando la dejaron pudo demostrar también su enorme talento como actriz.
Sucedió una Noche (26/6/2016): Olivia de Havilland, 100 años
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Nació en Tokio, hija de padres ingleses que no tardaron en mudarse a Estados Unidos y hermana de otra famosa actriz, Joan Fontaine, un año más joven que ella. Olivia tenía apenas 18 años cuando los cazatalentos del cine la descubrieron en una obra de teatro y convencieron a sus padres para que la dejaran ir con ellos a Hollywood. Tenía aspecto de buena chica y tras un par de películas pequeñas los jefazos de la Warner decidieron que estaría ideal en una de piratas acompañando a su nueva estrella del cine de aventuras: Errol Flynn.
“Capitán Blood”, que así se llamaba el film, fue un gran éxito. A partir de entonces la pareja repetiría la fórmula en otras muchas películas de aventuras. Él ponía el heroísmo; ella la belleza y el gesto preocupado en títulos como “Murieron con las botas puestas”, “La carga de la brigada ligera” o “Robin de los bosques”. Hasta 8 películas rodaron juntos Erroll Flynn y Olivia de Havilland; películas que convirtieron a la actriz en una de las más populares de los años 30 y principios de los 40 del siglo XX.
1939 en concreto, fue un año especial para ella. La Warner la había prestado a la Metro para que interpretara a Melania en “Lo que el viento se llevó”. El éxito que obtuvo con aquella película y con el melodrama “Si no amaneciera”, también rodado fuera de su estudio, le convencieron de que su talento se estaba malgastando en la Warner. Además estaban los éxitos de su hermana, Joan Fontaine, que brillaba en películas de Hitchcock como “Sospecha” o “Rebeca”, mientras ella era obligada a seguir interpretando aquellos personajes estereotipados en las películas de aventuras con las que la Warner ganaba tanto dinero. Desde niña había mantenido una gran rivalidad con su hermana, con la que nunca se llevó bien. En parte por envidia de ella pero sobre todo porque deseaba mejores papeles, Olivia quiso rescindir su contrato con la Warner y llevó su caso ante los tribunales.
Una de las piedras angulares del sistema de Estudios eran los largos contratos que firmaban las estrellas y con los que las productoras controlaban completamente sus carreras. Olivia de Havilland descubrió que su contrato infringía una antigua ley de California contra la servidumbre y que decía que ningún empresario podía retener a un empleado con un contrato de más de 7 años. Tras varios juicios y apelaciones la actriz ganó finalmente el caso que fue pionero y sentó jurisprudencia, ya que desde entonces cambiarían las relaciones contractuales entre las estrellas y los estudios.
Tres años estuvo Olivia apartada del cine, ya que durante todo este tiempo la Warner la suspendió de empleo y sueldo, pero su regreso a las pantallas no pudo ser más triunfal. En 1947 ganó el Oscar a la Mejor Actriz por su papel en “La vida privada de Julia Norris”, premio que repetiría tres años después con otra de sus grandes interpretaciones: “La Heredera”. En “A través del espejo” pudo demostrar incluso que valía para los papeles de malvada dando vida a dos hermanas gemelas, una de las cuales resultaba ser una psicópata.
A finales de los años 50 empezó la decadencia de la actriz. Sus apariciones en el cine se hicieron cada vez más esporádicas. Llegado un momento decidió abandonar la vorágine de Hollywood e instalarse en París junto a su marido, el periodista francés Pierre Galante. En los años 70 Olivia encontró, como tantas otras viejas glorias, acomodo en la televisión con apariciones estelares en series como “Vacaciones en el mar” o en películas de catástrofes como “Aeropuerto 77” o “El enjambre”. En 1979, tras rodar su última película, “El quinto mosquetero”, Olivia de Havilland se retiró definitivamente del cine. Hizo algunas apariciones en televisión en los años 80 y siguió viviendo en París, ya separada de su marido.
La última vez que la vimos fue en la ceremonia de los Cesar de 2011 donde recibió la ovación de todo el público puesto en pie. También en estos últimos años nos ha descubierto una nueva vocación, la de escritora, y ha publicado varios libros. Quizá Olivia de Havilland no pase a la historia de la Literatura pero nadie puede quitarle ya su puesto de honor en la del Cine. Una de las leyendas vivas del Hollywood más clásico, la última superviviente del reparto de “Lo que el viento se llevó” y de tantas otras películas inolvidables.
Antonio Martínez
Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...