No diga son, diga somos
Después del vergonzoso chalaneo entre el ministro de Interior, Fernández Díaz, y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, el ministro fue confirmado
undefined
Madrid
La política es absurda y surrealista. Por un mismo hecho uno puede ser premiado o castigado. Después del vergonzoso chalaneo entre el ministro de Interior, Fernández Díaz, y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, el ministro fue confirmado por quien le nombró, Rajoy, mientras que el señor De Alfonso fue cesado por el que le nombró, el Parlament.
Algunos dirán que el Parlament, de mayoría nacionalista, cesó al señor De Alfonso porque andaba tramando perjudicar a políticos nacionalistas y que no lo hubiera cesado si hubiera pretendido perjudicar a alguien no nacionalista, alguien de Ciudadanos, por ejemplo. Yo quisiera creer que le hubieran cesado igual. Pero les invito a imaginar una situación inversa.
Imaginen que el señor De Alfonso hubiera sido sorprendido en una conversación similar, pero no con el ministro del Interior, sino con el consejero de Interior de la Generalitat, Jordi Jané, para cazar a un miembro del PP; Xavier García Albiol, por ejemplo. En ese caso, ¿cree usted que el gobierno de Rajoy hubiera aceptado esa conversación como algo normal y hubiera expresado su indignación porque lo importante de verdad es el asalto a la intimidad de los interlocutores?
Cuando se disponga a bramar contra los políticos por esta obscena parcialidad recuerde que los electores del PP en Barcelona premiaron al ministro con 35.000 votos más y un escaño más. No diga son, diga somos.
La firma de Iñaki Gabilondo: 'No diga son, diga somos'
01:13
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000004190642/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>