¿Es ético que Barroso fiche por Goldman Sachs?

Madrid

El expresidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, ha fichado por Goldman Sachs, que le pagará en un solo año más de lo que cobró en diez como mandatario. Él trabajó en banca antes que en la política, tiene el perfil, y ha cumplido el año y medio de incompatibilidad para trabajar en la empresa privada, todo es legal. Pero su fichaje ha levantado una auténtica polvareda a la que ha respondido diciendo que “si uno se queda en la política, se critica que viva a costa del Estado, y si se va a la empresa privada, se está aprovechando de la experiencia política".

Se ve que no ha leído la crítica al completo. No se le reprocha que se vaya a la empresa privada, sino a esa empresa privada, el banco de inversión que ayudó al gobierno griego a mentir a la UE maquillando sus cuentas, la espita de la crisis que ha sacudido a Europa y empobrecido millones de ciudadanos que, por cierto, pagarán a Durao una pensión de 18.000 euros al mes cuando decida jubilarse. Es ese pequeño detalle el que convierte su fichaje en impresentable ética y estéticamente. Como si un papa, tras abdicar, fichase como gerente de una empresa de contactos invocando el amor fraterno.