Imagínense

Madrid

Imagínense por un momento que Mariano Rajoy ha entendido el mensaje de las urnas. Esto es, que está obligado a olvidarse de las prácticas autoritarias de la mayoría absoluta y, por tanto, no tiene más remedio que pactar con otros partidos.

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Para ello, lo primero que tendría que hacer, se supone, es mostrar a todo el mundo el deseo de cambiar en la manera de gobernar, en escuchar las quejas de los demás, en buscar acuerdos de consenso con el resto de fuerzas políticas y, por supuesto y en primer lugar, demostrar con hechos significativos su disposición a acabar con todo tipo de corrupción, que aquellos tiempos pasaron y que la decencia debe volver a la vida pública.

Imagínense, pues, que la consecuencia obvia de todo ello es que el presidente en funciones salga hoy mismo –ya que no lo ha hecho antes- a informar a la ciudadanía de que ha cesado de manera fulminante al ministro del Interior y a todos los altos cargos de la Policía, al tiempo que anuncia una investigación parlamentaria para que los españoles sepamos qué se ha hecho en estos últimos cuatro años desde las repugnantes cloacas de ese departamento. Hecho lo cual, Mariano Rajoy pedirá perdón a todos los damnificados por esos husmeadores de estiércol, al pueblo catalán, a los votantes de Podemos y a quien haga falta.

¡Imagínense!