Dean el guapo y Jerry el feo, los reyes de la comedia

Madrid

“Jerry, este es Dean; Dean, este es Jerry”. Jerry y Dean. Aquella era la primera vez que esas dos palabras sonaban juntas en una frase. Alguien les había presentado casualmente en la calle y así describía Jerry Lewis en sus memorias la impresión que le causó aquel desconocido: “Era como un adonis, tenía el cabello oscuro y rizado y los ojos azules. Su cara no tenía más defecto que la señal reciente de una cicatriz. Le miré a cabeza y pensé: uff, este es un tipo en technicolor”. Jerry Lewis, desde luego, era muy diferente. Un cómico judío, hijo de actores, que por entonces intentaba abrirse camino como showman. Dean Martin en cambio era de origen italiano, había sido boxeador y croupier de casino y en aquellos días se ganaba la vida imitando el estilo de cantar de Bing Crosby en una emisora de radio. Jerry y él enseguida congeniaron.

El destino les había unido. Solo faltaba el empujón definitivo que les hiciera despegar. En aquella época Jerry Lewis actuaba en un pequeño club de Atlantic City. Detrás de él solía actuar un cantante tan malo que tenía desquiciado al propietario del local. Jerry le convenció para que contratara en su lugar a su nuevo amigo Dean Martin. Solo había un problema. Le había dicho al hombre que actuaban como un dúo, así que rápidamente idearon un número en el que Lewis se hacía pasar por un camarero que con su torpeza destrozaba todo en el local mientras Dean cantaba sus canciones, arruinando así su actuación.

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Como decíamos al principio un 25 de julio de 1946 Dean Martin y Jerry Lewis se subieron por primera vez juntos al escenario del club 500 de Atlantic City. El número tuvo un gran éxito. En seguida se empezó a hablar en la ciudad de dos tipos que cantaban, bailaban y hacían desternillarse al público de risa. Uno guapo y con voz cálida. El otro estúpido y feo como un mono. El local se llenaba todas las noches para verlos. Las ofertas que recibían eran cada vez mejores. Los locales de mayor categoría. El día que actuaron en el Copacabana de Nueva York, el más legendario de los clubs nocturnos de la época, creyeron que habían tocado techo. Pero aún les quedaba mucho por delante.

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Enseguida empezaron a hacerse también habituales de la radio y de la recién nacida televisión donde ofrecían números que mezclaban música y comedia. Sin embargo todo lo que hacían tenía para ellos una meta. El cine era su gran objetivo. Y por fin llegó. La Paramount apostó por ellos y les ofreció un contrato. En 1949 estrenaron su primera película juntos: “Mi amiga Irma” y en poco más de seis años rodarían dieciocho películas juntos.

Prácticamente todas sus películas fueron éxitos que dejaron grandes dividendos en taquilla. Títulos como “Artistas y modelos”, “Loco por Anita” o “Qué par de golfantes”. Todas ellas seguían el mismo patrón: unas cuantas situaciones cómicas, algunas canciones, un toque de sentimentalismo y el inevitable final feliz. La gracia de la pareja estaba en el antagonismo de sus personalidades. Martin era el seductor engominado y sinvergüenza que cantaba baladas románticas y abrazaba a la chica. Jerry en cambio lo liaba todo creando situaciones absurdas gracias a su habilidad para la pantomima y su gesticulación exagerada.

Martin y Lewis eran una máquina de hacer dinero. La radio, la televisión y los shows en directo seguían siendo otras fuentes importantes de ingresos y el público les adoraba. De cara al exterior todo parecía ir bien pero lo cierto es que la relación personal entre ambos se iba deteriorando cada día que pasaba. Dean sentía celos de Jerry porque éste era el más popular de los dos, el que se metía al público en el bolsillo. Jerry por su parte creía que el artífice del éxito de la pareja era únicamente él y por lo tanto debía cobrar más y tener más peso en las decisiones que su compañero.

En los últimos tiempos la relación entre los dos llegó a ser tan tensa que ni siquiera se hablaban fuera del plató. Era obvio que había que tomar una determinación. El 25 de julio de 1956, justo diez años después de haber comenzado juntos, el club Copacabana de Nueva York ofreció la última actuación conjunta de Jerry Lewis y Dean Martin. Su ruptura fue una auténtica conmoción nacional. Los periódicos se llenaron de cartas de gente que pedían que no se separaran. Pero no era posible, la amistad también se había acabado entre los dos actores.

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Ambos iniciaron carreras por separado. Las películas de Jerry mejoraron al no tener que conceder espacio a las exhibiciones musicales de su compañero. A Dean Martin tampoco le fue mal. Frank Sinatra le acogió dentro de su clan, grabó discos, y por primera vez se reconoció su trabajo como actor dramático en películas como “Río Bravo” o “Como un torrente”. No es extraño que Dean Martin dijera en una ocasión: “Los dos momentos más importantes de mi carrera fueron cuando conocí a Jerry Lewis y cuando abandoné a Jerry Lewis.”

Durante varias décadas evitaron coincidir el uno con el otro. En 1976 compartieron escenario junto a Frank Sinatra que hacía de mediador pero la reconciliación definitiva no llegaría hasta 1989 en una reunión que celebraba el 72 cumpleaños de Martin. Entonces se habló de la posibilidad de que el dúo hiciera algunas actuaciones o alguna película juntos. Todo quedó en un rumor, olvidado definitivamente cuando Dean Martin murió en 1995. Lo suyo es historia. La de la que muchos consideran una de las mejores parejas cómicas que ha conocido Hollywood.