Exiliados Políticos
Danilo Bartulín tuvo que abandonar Chile tras el intento del golpe de estado
Madrid
La mañana del 11 de septiembre de 1973, Danilo Bartulín era el médico personal del ex presidente chileno Salvador Allende. Vivió entonces el bombardeo del palacio presidencial por parte de los militares que querían echar a Allende del poder. “Si yo quedo herido, pégame un tiro”, le dijo el expresidente durante el ataque. “Presidente, usted es el último que aquí debe morir”, le replicó Bartulín.
El médico fue trasladado al Estadio Chile, junto con otros 500 presos que formaban una larga fila. A su lado el cantautor Víctor Jara. Los dos fueron trasladados a los vestuarios del sótano. Jara nunca salió. Él fue el último civil que le vio con vida. Bartulín se salvó por ser médico. “Los militares siempre han sido un poco clasistas”, explica ahora. De ahí fue trasladado al Estadio Nacional. Durante su encierro fue torturado. “Me vendaron los ojos, me colocaron delante de un pelotón de fusilamiento y me hicieron tocar los cañones”, explica Bartulín. Después dispararon al aire. “Querían información sobre Allende, claro; pero tonterías”, afirma con una media sonrisa el médico.
Pasó un año de cárcel en cárcel. Primero la galería 5, con todos los presos políticos, después al campo de concentración de Chacabuco. Mientras estaba allí retenido apareció la foto que le cambió la vida. Una foto que ha dado la vuelta al mundo. Allende en La Moneda, con el casco de guerra y el fusil que le había regalado Fidel Castro. Detrás, su sombra. Danilo Bartulín.
Escucha el tercer reportaje de Las voces del destierro sobre exiliados políticos
08:06
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Fue sacado de Chacabuco urgentemente y fue juzgado, aunque no encarcelado. Por las noches no podía dormir. “Era cuando hacían las detenciones”, alega. Tampoco podía trabajar. “Los amigos me daban de comer y de todo”, sonríe Bartulín mientras recuerda sus últimos días en Santiago de Chile.
Le retiraron el pasaporte y tuvo que escapar a Caracas con otro compañero dentista. De ahí a México, el país al que había huido gran parte del exilio chileno. Después a Cuba y de ahí a España en 2001.
Su casa en Rivas Vaciamadrid es todo un museo sobre el último cuarto del siglo XX. Entre las estanterías fotografías con Gregory Peck, Gabriel García Márquez, Fidel Castro o Hugo Chávez. Al lado de todos ellos el mismo poblado bigote que se reconoce al lado de Allende. Bartulín no volvió a Chile hasta 1989, cuando Augusto Pinochet quiso legitimar su mandato en las urnas. “Entró en La Moneda con bombas y quiso quedarse en las urnas”, dice el médico de Allende. Pero perdió el plebiscito; ganó el NO y Bartulín fue tachado de “la lista”.
